Elijo liberarme de mis sentimientos de culpa y vergüenza cuando me equivoco. Vivo mi presente con conciencia y responsabilidad. Hago paz con mis errores y mis imperfecciones. Dirijo mis pensamientos para hacer lo correcto sin encontrar excusas. Reconozco que el poder para liberarme radica en mi interior. Me quiero tratar con cariño. Me cuido y reconozco que solo yo puedo reparar los problemas que yo mismo he creado.
Para dejar los laberintos mentales:
- Las buenas intenciones tienen que estar acompañadas de buenas acciones. No basta con querer hacer el bien, hay que ser proactivo y llevar a cabo lo que uno quiere y se ha propuesto realizar.
- Entre más cariño y respeto se siente por uno mismo, más amor y consideración se les tiene a los demás. El yo real emerge cuando uno se trata con afecto, reemplaza al odio y la crítica con diálogos bondadosos y con la aceptación total de uno mismo.
- Cada uno es responsable de los problemas que crea. No se puede cargar con la responsabilidad de las acciones o los sentimientos de otros. Cuando se niega la acusación, se acepta la culpa y se carga con algo que no le pertenece.
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