Es más fácil criticar y dar consejos cuando uno sufre dentro de una relación.
“A mi me pega lo normal…” dice una mujer. ¿Quién dice que el pegar es un acto normal y aceptado? ¿Por qué se queda si la maltratan tanto? ¿Cómo se deja y no se puede defender?
Las preguntas son lógicas, las respuestas son más complicadas. Las personas que no tienen una buena calidad de vida, no siempre pueden salir tan fácil como quisieran por razones difíciles de entender.
No existe justificación lógica ni sana para vivir con abuso. Este es un agente destructivo, maligno y solo crea problemas, resentimiento y mucho dolor. El abuso es un acto cruel, violento que tiene la intención de dañar y sacar los peores demonios de la gente.
Ya sea por el enojo interno que se carga, por la necesidad de controlar a las personas o por su propia impotencia, surge un impulso irracional que crea la sensación de tenerse que desquitar con los demás.
No siempre es fácil detectar el abuso en una relación ya que a menudo, los signos están tan ocultos a la vista que aquellos que han sido victimas que sin pensar se acostumbran al maltrato y sienten que vivir así es tener una vida normal.
Hay heridas por el maltrato que nunca se ven y sin embargo marcan a la persona para toda la vida.
El abuso físico siempre viene acompañado del abuso verbal y con este el abuso emocional, lo que hace que quienes son victimizados deterioran su autoestima la cual empeora progresivamente hasta llegar al punto de que comenzarán a creer las cosas horribles que sus abusadores dicen sobre ellos.
Las relaciones que están sometidas a interacciones abusivas suelen ser sarcásticas enfrente de la gente y se convierten en negativas y crueles en la intimidad; humillaciones, críticas y amenazas. Avergonzar y burlas cínicas son parte del diálogo caracterizan el tono en que se dirigen.
La tristeza más grande es que el abuso se da en relaciones cercanas, las cuales tenían la intención de promover amor, seguridad y confianza. La persona que prometió cuidar, proveer y ser felices juntos, es la misma persona que causa, dolor, terror y fomenta tristeza profunda.
Cuando hay abuso, existe también miedo.
Si una persona vive con amenazas continuas desarrolla una tolerancia más grande ante el dolor por lo que aguanta más maltrato y se llega a acostumbrar a esa relación.
Igualmente, el abusador desarrolla un sentimiento controlador y cruel, aprende a utilizar las debilidades y las limitaciones de su víctima para ofender y maltratar sin compasión. Se convierte en el súper villano que juzga sin clemencia con exigencias y controles excesivos sofocando la paz interna de su víctima.
Más que criticar a las víctimas habría que entender su situación, educar a la comunidad y enseñar que el abuso no es una condición sana, normal ni aceptada.
Cualquiera puede ser una víctima de abuso.
La receta
Protegiéndote del abuso
Ingredientes:
- Valor – fortaleza para defender los derechos propios sin tener miedo
- Determinación – resolución personal para defenderse y buscar paz emocional
- Límites claros – aprender a protegerse y no ceder o negociar la integridad
- Constancia – disciplina para cuidarse, protegerse y poder prosperar
- Validación – reconocer los sentimientos propios, pedir ayuda cuando sea prudente
Afirmación personal para luchar contra el abuso
Soy una persona valiosa. Cultivo mi amor propio y lo mantengo firme. Nadie tiene el derecho de ofenderme, lastimarme o hacerme sentir menos. Tengo el valor para defenderme y protegerme ante personas violentas y abusivas. Aprendo a pedir ayuda cuando no puedo manejar cualquier situación que me dañe. Me comunico directa y claramente y no me someto al maltrato. Busco la calma, la paz y la armonía. Me cuido ante el peligro del abuso.
Cómo protegerse del abuso:
1. El amor propio y el bienestar son valores que no se negocian ni se ponen en juego. Cada uno es responsable para aprender a cuidarse y respetarse. Buscar apruebo y el reconocimiento en otros deteriora la autoestima y provoca al abuso.
2. Las creencias personales limitan o mejoran la calidad de vida de las personas. Tus pensamientos te pueden condenar o liberar, la elección es personal y totalmente voluntaria.
3. Pedir ayuda es un símbolo de fortaleza, nunca es una debilidad. En caso de no poder manejar una situación abusiva o comprometedora es mejor pedir ayuda para poder salvar la dignidad y el amor propio que sufrir y dejarse maltratar.
No juzgues a una persona que sufre de maltrato o abuso, ayúdala a sanar para que pueda encontrar una salida segura. *Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2021 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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