Desde muy pequeña he sido una mujer que me dedico mucho al estudio siempre he sacado varias menciones honoríficas. Mi cuarto es impecable. He recibido cualquier cantidad de reconocimientos. Ahora en el trabajo hago más de lo que me piden y además lo hago con excelencia. Creo que no sé hacer nada a medias. Sin embargo he descubierto que cuando tengo que abogar por mí no lo hago, no puedo defender mis derechos y tampoco puedo pedir aumentos que estoy segura me merezco. Creo que me he limitado mucho y que me he perdido de oportunidades para divertirme porque ser perfecta requiere de muchos sacrificios. No sé qué hacer y cómo bajarme las exigencias.
Becky responde
Tu experiencia refleja un patrón común entre aquellas personas que sienten la necesidad de ser perfectas en todo lo que hacen. Este deseo de perfección puede ser motivado por diferentes razones, como el temor al fracaso, la búsqueda de validación externa o la autoexigencia extrema.Así como el miedo a no defraudarte porque las personas significativas en tu vida probablemente lo hicieron y te lastimaron.
La necesidad de perfección puede estar relacionada con un fuerte superyó, que es una parte de nuestra mente que internaliza las normas y expectativas sociales. Cuando el superyó es demasiado rígido o exigente, puede generar sentimientos de culpa, ansiedad y autoexigencia excesiva.
El dolor y el enojo que experimentas al tratar de ser perfecta pueden ser una expresión de la tensión entre tus deseos y las demandas que te impones a ti misma. Es importante reconocer que nadie es perfecto y que cometer errores es parte del proceso de aprendizaje y crecimiento personal.
5 consejos prácticos para manejar esta situación:
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Aprende a ser amable contigo misma:
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Reconoce tus logros y esfuerzos, incluso si no alcanzas la perfección en todo.
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Permítete cometer errores y aprender de ellos sin castigarte demasiado.
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Establece límites saludables: Aprende a decir “no” cuando sea necesario y a defender tus derechos y necesidades. No temas abogar por ti misma y buscar lo que te mereces en el trabajo y en otras áreas de tu vida.
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Encuentra un equilibrio: Dedica tiempo a ti misma, para descansar, divertirte y hacer actividades que te llenen de alegría y satisfacción. El equilibrio entre el trabajo y el disfrute es esencial para tu bienestar emocional y físico.
Recuerda que ser perfecta no es un objetivo realista ni alcanzable, y que tu valía como persona va más allá de tus logros y el cumplimiento de expectativas externas. Permítete ser humana y disfrutar de la vida en su totalidad.
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