Se que está muy de moda el meditar como un medio para reducir o controlar mi ansiedad, sin embargo siento que cuando lo hago me siento bien un rato pero en cuanto me llegan nuevamente mis pensamientos o tengo que resolver mis problemas me siento abrumada y mi ansiedad se acelera al grado que me dan ataques de pánico…

Respuesta

Desde luego, la meditación es una excelente herramienta para reducir la ansiedad; sin embargo, no es la única acción necesaria para disminuir los niveles de ansiedad de manera efectiva. La ansiedad es un estado complejo de la mente que requiere integrar varios aspectos de la persona para poder entenderla, contenerla y controlarla.

La meditación es una práctica cada vez más popular para el manejo del estrés y la ansiedad. Numerosos estudios sugieren que la meditación puede ayudar a reducir los síntomas de ansiedad al enfocar la mente y reducir la actividad del sistema nervioso. Al dedicar tiempo a la meditación diaria, las personas pueden experimentar una mayor calma y claridad mental, lo que puede ser particularmente útil en momentos de estrés. Además, la meditación fomenta una mayor conciencia de los pensamientos y emociones, lo que puede reducir la reacción emocional ante situaciones estresantes.

Sin embargo, es crucial reconocer la fuente de la ansiedad y entender las razones que provocan la angustia. En términos más simples, la ansiedad funciona como un sistema de alarma que pone al cuerpo en estado de alerta, avisando que algo está causando conflicto, miedo o incomodidad.

Lo primero que una persona con ansiedad debe hacer es reconocer su estado de angustia. Sin preocuparse más por su estado, simplemente aceptar su agitación. A partir de ahí, puede optar por utilizar la meditación como un medio para calmarse. Esto puede incluir técnicas específicas como la meditación de atención plena (mindfulness) o la meditación guiada, junto con respiraciones profundas.

Además de la meditación, es fundamental incorporar otros hábitos saludables para abordar la ansiedad desde distintos ángulos:

1. Dieta Saludable:
   Una alimentación equilibrada, rica en nutrientes esenciales como las vitaminas del complejo B, omega-3 y magnesio, puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo y ayudar a regular los niveles de ansiedad. Evitar el consumo excesivo de cafeína y azúcar también es clave para mantener la estabilidad emocional.

2. Sueño Adecuado:
   Dormir entre 7 y 8 horas por noche es vital para la salud mental. El sueño reparador permite que el cerebro procese las emociones y se recupere del estrés diario, lo que contribuye a reducir la ansiedad.

3. Ejercicio Regular:
   La actividad física regular es una de las formas más efectivas de reducir la ansiedad. El ejercicio libera endorfinas, las cuales son conocidas como las “hormonas de la felicidad”, y ayuda a reducir el cortisol, la hormona del estrés. Además, mejora la calidad del sueño y proporciona una sensación de logro y bienestar.

No obstante, sería conveniente recurrir a apoyo profesional para comprender y manejar la ansiedad de manera más completa. A continuación, te presento algunas formas de intervención terapéutica que pueden ser de gran ayuda:

1. Terapia Cognitivo-Conductual (TCC):
   La TCC es una de las formas más efectivas de terapia para tratar la ansiedad. Se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos y comportamientos que contribuyen a la ansiedad, abordando directamente la raíz de los problemas.

2. Terapia de Exposición:
   Para personas que sufren de fobias o trastorno de ansiedad social, la terapia de exposición puede ser muy útil. Esta técnica implica la exposición gradual a las situaciones que generan ansiedad, bajo la guía de un terapeuta.

3. Terapia Psicodinámica:
   Este tipo de terapia se enfoca en explorar cómo las experiencias pasadas y las dinámicas inconscientes afectan el comportamiento actual. Al entender los conflictos internos y las fuentes de ansiedad, los pacientes pueden comenzar a sanar heridas emocionales profundas, lo que ofrece una resolución más duradera que la meditación.

4. Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT):
   La ACT ayuda a las personas a aceptar sus pensamientos y sentimientos negativos en lugar de luchar contra ellos, mientras se comprometen a vivir de acuerdo con sus valores.

Lo más importante es no temer a la ansiedad ni a cualquier otra emoción que puedas sentir. Los sentimientos, aunque a veces inoportunos, persistentes o incongruentes, son valiosos y constituyen puentes que conectan tu mundo interno con la realidad. La ansiedad puede no ser la mejor forma de sentirse, pero definitivamente es un buen sistema de alarma que te avisa de que es momento de prestar atención a ti mismo, trabajar en tus emociones y dejar de ignorar las señales que has estado evitando para no asumir la responsabilidad de tu bienestar.