Las palabras frescas, las acciones y hasta los gestos pequeños conspiran para generar el estado de animo que influye el sentido de los sucesos de la vida.

Si no puedes hablar de boberías, reír de simplezas, platicar de cosas sin importancia, o dar detalles solamente porque si… entonces es muy probable que tampoco no puedas hablar de cosas dificultosas y profundas con la persona que quieres tener cerca de tu vida.

La comunicación en una relación personal un proceso algo es complicado y paradójico, por un lado necesitas tener la confianza de poder ser autentico, hablar con sinceridad, poseer la facilidad de platicar temas íntimos y delicados. Pero, también ocupas gozar de un ambiente donde haya cabida a ser simple, superficial y trivial. El balance de ambas dimensiones de la comunicación de la relación es lo que conjunta el equilibrio efectivo y afectivo.

Si no cultivas la plática ligera y superficial, será más difícil poder llegar a tener las conversaciones delicadas. La comunicación no consiste sólo en compartir los grandes problemas de la vida, o en dar avisos informativos. Esta, se conforma de tanto las pequeñas cosas diarias que fundan la convivencia, como las palabras simples que sazonan las relaciones y abren los canales de comunicación, así como también toda la información, diálogos y las discusiones que contienen temas incomodos, controversiales y dolorosos.

Las palabras simples son importantes no por lo que dicen, sino por el cómo te hacen sentir.

Son las pequeñas y triviales palabras, los detalles insignificantes etc., las que dan entrada a la confianza para poder tener conversaciones profundas. Cuando uno deja de compartir las pequeñas cosas de la vida diaria, los canales de comunicación se van deteriorando y cerrando. Y sin querer, la comunicación se enfría o disminuye, y cuando es necesaria… esta ya no está disponible.

Muchas ocasiones personas preguntan ¿por qué mi esposa no quiere tener relaciones sexuales conmigo? Así también las mujeres se cuestionan ¿por qué mi esposo no me toca? Hace mucho tiempo que ya no tenemos contacto físico. Pues bien, para ambos casos, la pregunta correcta debiera de ser. ¿Cuándo fue la última vez que platicaron sin discutir? Cunado fue la última ocasión que se rieron por alguna simpleza y compartieron alguna caricia emocional como un alago o una simple atención. En la respuesta a estas preguntas se encuentra la clara explicación de la razón por el alejamiento físico y por supuesto en enfriamiento emocional.

Platicar relajado permite hablar tranquilo, ser escuchado y por lo tanto ser entendido sin sentir rechazo o miedo a ser juzgado.

Abrir y mantener limpios los canales de comunicación es un trabajo que requiere esfuerzo y constancia. Hay que nutrir todos los días la plática. Mantener el interés, motivar la curiosidad y dirigir la atención para que los diálogos como que bonita esta tu blusa… me encantan las palomitas con caramelo, el perro de mi amiga es muy chistoso, me compre un teléfono nuevo… sean los ganchos que invitan a sentirse cómodos y tranquilos, y por lo tanto, este sea el puente que permita que después se pueda platicar de las preocupaciones, los dolores y los problemas quitan el sueño.

La receta

Comunicación fresca

INGREDIENTES

1 racimo espontaneidad – libertad para poder expresarse sin miedo
1 pedazo de simpleza – encontrar la sencillez de las cosas
2 cucharadas de buena disposición – ojo noble, encontrar lo bueno y positivo
3 piezas amabilidad – gentiliza y cortesía para las otras personas
1 pizca de compromiso – conciencia plena para mantener la relación sana

RECOMENDACIÓN DEL CHEF

Hay que cuidar las relaciones personales. Uno tiene que estar consiente que a pesar de que es más cómodo callarse y no esforzarse para platicar, el dejarlo de hacer causara danos severos y en muchos caso irreparables.

MODO DE PREPARACIÓN

1. Las palabras alimentan la comunicación en la relación. Las conversaciones ligeras y sin importancia fortalecen la comunicación diaria las cuales ayudan a crear y limpiar los canales de comunicación y fomentar la nutrición emocional.
2. Los gestos y el tono de voz es también una manera de hablar. Muchas veces no es lo que se dice, sino lo que no se escucha pero igualmente se transmite. Lo que no se verbaliza como las expresiones faciales, las miradas perdidas y los tonos de voz, las sonrisas etc…
3. Un ambiente cálido, amable y simpático, es capaz de aligerar cualquier situación tensa e incómoda. Cuando una persona está tranquila siente confianza y libertad para poder platicar con confianza. Motivando al aprender el arte de escuchar y dialogar en situaciones que no provocan tensión.

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