Lo más difícil es tomar la decisión. Lo demás llega con la práctica y disciplina.

Lo más importante que se requiere para que una persona cambie es el tener el verdadero deseo de querer cambiar. Este deseo debe de venir acompañado con el valor de aceptar la responsabilidad y el compromiso de poder hacer todo lo que se requiera para cambiar.

Hay veces que para cambiar es necesario pedir ayuda, ya que el cambio es… cambio. Aceptar esa ayuda es también una acción dificultosa, importante y valiosa para lograr cambiar.

Es de grandes tener el valor para reconocer que uno está mal y es aún más grandioso reconocer que para cambiar, uno tiene que hacer cosas en una forma distinta, pensar y actuar de nuevas formas. Comunicarse de manera diferente.

Se debe se tener la fortaleza para poder pedir ayuda… sobretodo, acercarse a las personas que tienen la posibilidad emocional, los recursos intelectuales y además, saben cómo ayudar.

Aceptar ayuda y reconocer que uno está mal, es la muestra más sincera, humilde y divina que cualquier ser humano pueda tener. Un verdadero símbolo de fortaleza, jamás de debilidad.

¿Qué es lo que impide que las personas cambien? No es el medio, ni la rutina, ni lo que se encuentra afuera. El camino para poder hacer las cosas de una nueva manera y se dé el cambio, se debe uno de reprogramar internamente. Es decir, la persona que desea el cambio, tiene que tocar fondo, penetrar dentro su alma, limpiar sus pensamientos. Sus hábitos y sus relaciones, todo lo que se encuentra dentro y cerca y cambiar poco a poco todo lo que no le ha funcionado.

Si recompensas el deseo de cambio con acciones productivas y eficientes, fortalecerás la motivación para cambiar y el proceso será más fácil y divertido.

Es importante subrayar que los malos hábitos y las malas decisiones no son el destino que tiene la persona. Los hábitos, así como todo lo que lastima o daña, son acciones que se pueden cambiar, ignorar y hasta reemplazar. Después de todo, el hábito solo es una forma de como se ha aprendido a actuar por comodidad y eficiencia de la manera de pensar.

Cuando uno se acostumbra a actuar en forma automática, lo único que pasa es que el cerebro se adormece y deja de pensar conscientemente. Así, las acciones se convierten en simple formas mecánicas donde se funciona por costumbre, sin pensar, ni tomar responsabilidad. Se hace más de lo mismo, todos los días y ante cualquier circunstancia.

La triste realidad es que los malos hábitos emergen sin permiso, ya que se han formado a raíz de la comodidad. Pensar y cambiar, requieren esfuerzo, compromiso y sobretodo conciencia. Todos estos son ingredientes que no se obtienen sin uno estar despierto, alerta y con el convencimiento de querer cambiar y vivir mejor.

No pensar, actuar por costumbre es fácil, es cómodo pero también es una maldición, que domina la forma de pensar. Recuerda, se puede cambiar, solo tienes que tener el deseo y el valor de pedir ayuda.

La receta

Atrévete a cambiar

Ingredientes:

• 1 taza de aceptación – reconocer que es tiempo de cambiar y hacer las cosas de otra forma
• 2 piezas de valor – fortaleza para poder enfrentar las situaciones incomodas e inseguras
• 1 ramita de confianza y fe – saber que uno tiene la lo que se requiere para cambiar
• 2 sobrecitos de actitud positiva – buena disposición ver la vida con ojos positivos
• 1 cubito de disciplina; acciones concretas, ordenadas y conciencia de la forma de actuar personal

Recomendación del chef

Reconocer que uno quiere cambiar requiere valor y lucha. Ambos ingredientes son necesarios para conseguir el cambio, no solo hay que reconocer que se quiere cambiar, hay que luchar para lograr el cambio.

El cambio siempre es positivo

• Solo la persona que se atreve a aceptar que está mal, puede buscar la manera de poder cambiar. Admitir que uno tiene miedo es un logro muy grande, si aparte se puede reconocer que también se cuenta con la posibilidad de superarlo, entonces uno aprende a vivir con plenitud.
• Superar la adversidad fortalece la confianza, la fe y aumenta la estima. No rendirse NUNCA, buscar el aprendizaje, cambiar la estrategia, sentir que uno no está solo y no vino a sufrir a este mundo motiva y fortalece el ímpetu para poder cambiar.
• El cambio es el mejor aliado para el crecimiento personal. Este proporciona las mejores razones para poder desarrollar todas las capacidades y luchar contra lo que impide ser feliz. Hay alturas que solo se llegan después de haber logrado un cambio en la manera de pensar.

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