Tengo una hija adoptada y desde que se enteró que es adoptada ha sido una niña rebelde, mal agradecida y sé que ahora anda en malos caminos. Yo no la puedo castigar mucho porque siento que le he fallado. Cuando me la dieron, prometí quererla y apoyarla en todo, es por eso que no la puedo castigar y la dejo hacer todo lo que ella quiere. ¿No sé qué hacer?
Si quieres tanto a tu hija, debes de ponerle límites y dejarla de consentir. Amar no quiere decir que dejas que la gente camine encima de ti. Amar a un hijo quiere decir que lo vas a educar. Le vas a ensenar como ser responsable, independiente y sobretodo agradecido. Nada de lo que se logra cunado uno siente culpa o cree que no es buen padre porque deja que hagan lo que quiera con uno.
Claro que quieres proteger a tu hija y darle todo lo mejor, es más, deberías de reconocer que le estas dando la mejor oportunidad de su vida, ya que cuando la adoptaste la niña llego a un hogar que la recibieron con las manos abiertas, son generosos y tienen amor incondicional por ella. Que mejor regalo pudo tener. Le cambiaste su suerte. La primera lección que deben darle a esta chica es el que sienta gratitud en lugar de estar enojada.
La segunda lección que le debes de dar a tu niña es que adoptada o no la quieres igual. No le tengas lastima, se fuerte y ayúdala que encuentre un mejor camino. Si sientes que el paquete es muy grande, pide ayuda. Entiendo que crees que no puedes castigar a tu hija pero ella te lo está pidiendo a gritos. Los hijos necesitan sentir que tienen límites para que se sientan seguros. Les gusta probar a los padres para ver si de verdad los pueden controlar. Eso no te debe de limitar ni de espantar.
Ser padre muchas veces implica castigar, poner límites y decir que no. Eso no es fallar, eso es educar y desear que los hijos salgan adelante.
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