En algún momento de la vida, todos hemos sentido temor

El miedo, no es tan malo como parece. En realidad, puede ser tan malo o tan bueno como cada quien lo pueda manejar. Por un lado, puede ser la emoción negativa que viene acompañada por ansiedad, fantasías irracionales y pensamientos que paralizan a cualquiera, porque se enfocan en lo peor que pudiera suceder. O bien, puede ser el impulso necesario para sobrepasar alguna situación complicada, por lo que motiva y ayuda a conquistar aquello desconocido que se teme.

El miedo desenmascara las áreas obscuras de la personalidad, pero también permite que la persona salga de su zona de confort, se adapte y supere situaciones que en un principio pudieran ser conflictivas.

La mejor manera para controla el miedo es aceptándolo. Reconociendo humildemente que se tiene temor. Así, de fácil. No hay que pelar contra la realidad. Si algo produce miedo, perfecto, se reconoce no siempre se tiene que confrontarlo en forma de lucha, hay ocasiones que con la simple acción de dejarlo ser, fortalece al alma y abre nuevas opciones para vivir en paz.

Una buena manera de poder aceptar, aprender y controlar el miedo es preguntándose ¿qué es lo que me da miedo? Hay que ser sincero, específico y objetivo. Al miedo se le pone nombre y apellido. Tengo miedo de…. Porque…. Y cuando me pasa…. Siento que… Cuando entiendes exactamente a que le temes tienes un mejor punto de partida para emprender tu jornada y descubrir que puerta está por abrirse.

Muchas veces uno sufre porque se le teme tanto al miedo que el simple pensar en el miedo, produce mas miedo y ansiedad, por consiguiente, se deja de tener miedo a la situación que produce temor y simplemente se le tiene miedo al miedo.

Hay miedos naturales como a la muerte y miedos construidos por ideas irracionales que dejen de querer y te abandonen, o el morir a causa de un piquete de araña. Personas le temen a los perros, a las serpientes… miedo a vivir, a decir lo que en realidad se siente, miedo a llorar enfrente de otros, miedo defraudar a seres queridos, etc…

El miedo es real, no importa si este es natural, irracional o inventado. Cuando una persona siente temor, la mente no distingue la razón, ni el origen, es miedo igual.

El miedo no es un extraño, es fácil reconocer; el cuerpo lo siente inmediatamente, el corazon palpita con mayor velocidad, los músculos se tensan, las pupilas de dilatan, se parpadea menos, el estómago se contrae, ya sea se pierde el apetito o entra una compulsión y necesidad por comer, tomar, fumar etc… En fin, el miedo es escandaloso, claro y evidente.

El miedo no es malo, es una buena llamada de atención, es una oportunidad para protegerte, aprender y superarte. No le temas, al contrario agradece que tu sensibilidad te está haciendo consiente de una situación importante, despierta a tu mente, alinea tus sentidos con tus pensamientos y busca la manera de abrasar la realidad con armonía y valor.

Los sabios dicen: ¿Quién es fuete?, aquel que puede conquistar sus miedos.

La receta

Conquista tu miedo

Ingredientes:

1 taza de aceptación – reconocimiento del sentir propio, estado de alerta
2 piezas de valor – fortaleza para poder aguantar y enfrentar el miedo
1 ramita de confianza- tener esperanza y seguridad que todo se puede resolver
2 piezas de actitud positiva- buena disposición, ver la vida con ojos nobles y buscar lo bueno
1 pizca de paciencia – determinación para sobreponerse a lo temido

Recomendación del chef

No temas a sentir miedo, déjalo fluir, experimenta el malestar y aprende a conquístalo, entre más rápido aceptes el miedo que sientes, más pronto lo vas a poder controlar.

Como se conquista el miedo:

Solo la persona que se atreve a aceptar su miedo aprende a vivir con plenitud. Confrontar el miedo fortalece el alma y motiva a superarlo a pesar del malestar que provoque.
El miedo siempre está latente lo importante es poderlo reconocer y hacerlo un aliado. Sentir duda causadas por la fragilidad de la condición humana es algo natural que otorga poder y libertad para decidir cómo actuar.
El miedo recuerda que siempre hay una razón por más por la cual se puede luchar. El miedo conecta a la persona con el valor y la motivación, es la emoción que regala la fuerza para conquistar y disfrutar sabor que solo el triunfo puede dar.

El miedo que no se supera, controla la vida del cobarde que no quiso luchar para vencerlo.

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