Tengo un dilema muy grande: mi madre me ayuda a cuidar a mis hijas porque yo trabajo mucho. Ella me comenta que las niñas le han platicado con pena que juegan con su papá a bailar encueradas. Mi esposo lo niega y mi mamá dice que ella prefiere dejar de ayudarme para no tener más problemas ni ver lo que a ella le causa mucho dolor. Mi esposo es un buen hombre y no creo que quiera hacer algo para dañar a mis niñas pero tengo la duda y no se como manejar esta situación.
Becky responde
Entiendo que te encuentras en una situación complicada y delicada. Aunque es difícil abordar estos temas, es crucial prestar la debida atención y manejar la situación con cautela e inteligencia para evitar generar problemas o resentimientos innecesarios.
Es importante considerar que las niñas pueden no estar mintiendo, y tu madre podría estar expresando legítimas preocupaciones. Sin embargo, también es relevante tener en cuenta tu conocimiento sobre tu esposo y la confianza que depositas en él. En este momento, ser cautelosa y estar alerta podría ser una medida sensata mientras intentas entender mejor la situación.
Aquí hay algunos pasos que podrías considerar para abordar esta situación:
Habla con tus hijas:
Busca un momento tranquilo y seguro para hablar con tus hijas.
Anímales a expresar sus sentimientos y a contarte lo que sucede en su relación con su padre.
Asegúrales que estás ahí para apoyarlas y que no las juzgarás.
Habla con tu madre:
Ten una conversación honesta con tu madre sobre sus preocupaciones.
Pídele más detalles sobre lo que ha observado y por qué cree que esto está sucediendo.
Explícale tu posición y cómo te sientes al respecto.
Observa el comportamiento de tus hijas:
Esté atenta a cambios en el comportamiento de tus hijas que puedan indicar estrés o malestar.
Observa si muestran signos de incomodidad alrededor de su padre.
Considera la posibilidad de asesoramiento familiar:
La terapia familiar podría ser una opción valiosa para abordar problemas de comunicación y comprensión dentro de la familia.
Un terapeuta puede facilitar conversaciones abiertas y proporcionar orientación.
Evalúa la situación:
Evalúa la situación con una mente abierta, pero también mantén la seguridad y el bienestar de tus hijas como tu principal prioridad.
Si persisten las preocupaciones, podrías considerar consultar a un profesional de la salud infantil o un asesor familiar.
Recuerda que es importante abordar este problema de manera cuidadosa y compasiva. La comunicación abierta y el apoyo emocional son fundamentales para comprender la verdad detrás de la situación.
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