El dinero no vale por lo que es… Sino por lo que este representa
Dos cosas comunes por las que la gente sufre y se pelea hasta morir: el amor y el dinero. El dinero asi como el amor, han destruido familias, negocios, amistades, y hasta comunidades. Para muchos, dinero significa tener amor y por lo tanto, tener riqueza, sin embargo el verdadero amor y la riqueza vale más que el dinero.
El dinero en un mundo moderno donde todo tiene precio, es un factor importante, este se ha convertido en un recurso material esencial, sinónimo para tener una buena calidad de vida. Por lo tanto, y para muchos, el dinero “es” la base que sostiene su seguridad y estabilidad física y emocional.
Tristemente, el dinero, para muchos, representa el respeto y reconocimiento que recibe, el valor personal que cree tener, el aprecio social que se busca con desesperación.
Para vivir se requiere tener algo de dinero y cumplir con compromisos básicos. Pagos esenciales para asegurar techo, comida, ropa, educación, cuidados de salud etc… pero el dinero no lo es todo.
La cuestión se complica cuando la sociedad y las personas confunden los atributos específicos que ofrecen el dinero, con la validación emocional y el valor irreal que el dinero asigna a las personas que tienen más que otros.
Toda persona es valiosa e importante. No importa si tiene un peso o 1000 millones de dólares. Toda persona necesita sentirse valorada por que hace y no por lo que valen sus propiedades o sus cuentas bancarias.
Otorgarle valor excesivo al dinero, solo distorsiona la realidad y contamina las relaciones interpersonales.
Los logros propios, la integridad, lealtad, bondad, gratitud, buena disposición y la sinceridad con la que las personas se mueven por la vida, son valores que marcan el tipo de individuo que es.
El tener mucho dinero… puede hablar de la astucia, de organización personal, asi como de la manera de conducirse en los negocios o en su trabajo, aunque no siempre. Además, no es lo único que importa para determinar el valor personal.
Las personas que no se sienten valoradas, las personas que envidan y resienten el éxito de los demás, las personas que codician o que solo buscan el dinero insistiendo que la fortuna que no tienen les va a dar el nombre, el honor, el reconocimiento y hasta el amor que carecen. Estas gentes, viven en una constante desilusión. Su pelea interna es terrible, ya que insisten que el mundo no es justo y que ellos no tienen lo que merecen.
La realidad es que la riqueza y la pobreza viven en la mente. Hay pobres, muy ricos, y ricos muy pobres.
El dinero debe de ser un medio para ser intercambiado, para compartir y para ayudar a quien no tiene. Hay que saber cuidar el dinero y desde luego usarlo con sensatez y recordar que el dinero no determina el valor humano.
El mundo es tan abundante como uno lo quiera percibir. La riqueza proviene del interior de cada quien, se relaciona con y la integridad que cada quien tiene, no con la cantidad de dinero que se tiene.
La receta
Valor personal
Ingredientes:
- Integridad – rectitud, no comprometerse ni negociar por vanidad
- Gentileza – bondad, sencillez, buen trato
- Gratitud – agradecimiento y aprecio por lo que se tiene
- Respeto – reconocer las limitaciones personales
- Disciplina – orden para vivir y responsabilidad para actuar
Afirmación positiva:
Soy una persona valiosa ayudo y aporto mis talentos los cuales me hacen único. Mi riqueza depende de mí valor interno, de mi inteligencia y de mi creatividad. No ocupo competir con nadie para poder prosperar. El mundo es vasto y hay oportunidad para que toda persona que quiera progresar encuentre la manera de hacerlo. El dinero es solo una manifestación física del bienestar y la paz espiritual que tengo dentro de mí.
El valor que no tiene precio:
- El dinero no determina mi valor personal. El dinero es un buen medio para obtener cosas necesarias para subsistir. Pero para vivir hay que saber disfrutar y valorar las cosas que no valen, sin ponerles precio.
- La actitud personal puede atraer o alejar al dinero. La envida, el resentimiento y la codicia alejan toda posibilidad de prosperidad. La alegría, la paz interior y la gratitud atraen y multiplican la abundancia.
- Cuando ayudas y haces que otros se beneficien de tu trabajo, tu valor se multiplica y tu deseo de prosperar tiene una buena misión. Ayudar a otros, aportar al mundo y mejorar la vida de los demás es una buena manera de incrementar tu propio valor para dejar de competir y compararse y dejar de sufrir.
Una persona que se siente valiosa, siempre prospera y encuentra abundancia y felicidad.
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