No se porque me cuesta tanto trabajo conseguir un novio o un compañero de vida.Soy una mujer emprendedora, preparada, muchos dicen que guapa y muy independiente. La verdad en cuanto a mi vida profesional no me puedo quejar. Estoy plena, feliz y muy desarrollada sin embargo en el plano emocional, me cuesta muchísimo trabajo tener una relación sana donde me sienta querida y protegida. La verdad es que cuando salgo con los muchachos soy muy buena persona, si hablan de negocios les puedo contestar y además les puedo dar mis opiniones, si hablan de inversiones les comento lo que yo tengo y cuanto he invertido, y en el trabajo cuando ellos me dicen sus logros les cuatro los míos porque siento que tengo que ser honesta y demostrar quien soy. No voy a mentir, hay muchachos que siento que no me suman y no me aportan y desde luego me cierro a tener otra cita con ellos.

Respuesta

Cuando se trata de éxitos personales, es más sencillo encontrar los recursos y la motivación para alcanzar nuestras metas porque dependen directamente de nosotros. Sin embargo, en las relaciones personales, las dinámicas cambian. No solo se trata de nuestras intenciones, sino también de las necesidades, sentimientos y perspectivas de la otra persona, lo que puede hacer que las cosas se compliquen.

He notado que quizá, sin darte cuenta, compites con los chicos con los que sales, como si sintieras la necesidad de demostrarles lo independiente y eficiente que eres, como si no necesitaras a nadie. Si estuvieras buscando un puesto de directora empresarial, tu enfoque sería perfecto: tienes todas las cualidades para llevar cualquier proyecto al éxito.

Pero… si lo que buscas es una relación de pareja, un compañero de vida, tal vez haya áreas donde puedas reflexionar y crecer. Esto no significa que debas cambiar quién eres, sino explorar cómo te acercas emocionalmente a los demás. A veces, podrías estar enviando señales que dificultan que las personas se sientan cómodas acercándose a ti en un nivel más íntimo.

Aquí hay algunos puntos para reflexionar:

1. ¿Por qué sientes la necesidad de competir o demostrar que eres capaz?
   Podrías estar proyectando una imagen de autosuficiencia tan fuerte que parece decir: “No necesito compartir mis logros contigo”. Aunque tu intención no sea arrogante, a veces esa barrera puede alejar a los demás.

2. ¿Por qué esperas que ellos aporten en las mismas áreas que tú?
   Las relaciones no son una competencia ni una suma de méritos. Encontrar a alguien que te complemente, en lugar de competir contigo, puede ser la base de un equipo hermoso y equilibrado.

3. ¿Culpas a los chicos por no estar a la altura o reconoces que tus actitudes pueden influir?
   Es más fácil atribuir la responsabilidad a otros, pero a veces es útil mirar hacia adentro y cuestionar si estás construyendo muros emocionales que te protegen pero también te aíslan.

En esencia, puede ser que algunas actitudes estén enmascarando un miedo o una necesidad de protegerte. Reconocer esto no te hace menos fuerte, sino más consciente. La vida no es una competencia; es una oportunidad para conectar, aprender y compartir. Puedes vivir en armonía y disfrutar del amor y el cariño de personas que son diferentes a ti, pero que te enriquecen y te complementan.