Siento que no importa lo que haga siempre quedo corta con mis hijos, siempre pude haber hecho algo mejor o haber dado algo distinto, el caso es que ellos siempre sienten que  no hago lo que ellos consideran que es lo que debería. Entiendo que tenemos vidas distintas y que estamos en distintos momentos de la vida, mientras ellos están iniciando su camino yo siento que ya recorrió gran parte de él. Hoy estoy en un punto frágil, donde siento que lo que hice aunque fue lo mejor que pude, no tengo lo que hubiera querido por lo que estoy más frágil de lo normal, cada crítica que recibe la siento más fuerte de lo que es y me siento abrumada, no creo que me entienden y creo que la comunicación y la relación con ellos se esta deteriorando mucho. No puedo del dolor.

Respuesta

Aunque sientes que tus hijos te critican y desvalorizan, es importante recordar que ellos también te quieren y te admiran. A veces, cuando te ven vulnerable, su reacción puede ser atacar o cuestionarte, pero no porque no te valoren, sino porque tienen miedo. Temen que si te ven derrumbada ellos se queden desprotegidos y sin ese pilar que representas en sus vidas. Es su manera de protegerse y de lidiar con su propio temor. La mejor forma de ayudarlos es mostrarles que, aunque tengas momentos difíciles, eres fuerte y puedes seguir adelante.

Entiendo que como madre desearías que tus hijos te comprendieran, te apoyaran y demostraran cuánto te quieren. Sin embargo, es importante reconocer que ese tipo de contención no es algo que debas esperar de ellos. La función de los hijos no es brindar apoyo emocional a sus padres en el mismo sentido en que un adulto lo haría, porque ellos necesitan una figura de fortaleza en quien confiar.

Tus hijos buscan en ti una madre, un ejemplo, un pilar. La relación entre madre e hijo no es horizontal ni recíproca como la de una pareja o amistad. Como madre, eres quien los guía, quien los protege y quien les da el ánimo para seguir adelante incluso cuando se sienten derrotados. La maternidad no se trata de justicia o equidad, sino de asumir tu rol y desempeñarlo de la mejor manera posible, brindándoles la estabilidad y el amor que necesitan. A pesar de estar en momentos distintos y tener visiones y experiencias diferentes, tienes la fortuna de ver cómo tus hijos inician su camino en la vida. Es un regalo maravilloso que puedas compartir con ellos la sabiduría de tu experiencia y enriquecer su perspectiva desde el amor y el cariño.

Esto no significa que debas ocultar tus sentimientos de tristeza, decepción o problemas. Puedes ser honesta y mostrarte humana, pero siempre recordando que eres la madre, no la amiga, y mucho menos alguien de quien se deban hacer cargo. Es natural que en algunos momentos te sientas vulnerable y que ellos reaccionen con críticas o distancia, pero muchas veces lo hacen por miedo a verte caer, porque para ellos, tu fortaleza representa su seguridad.

Sugerencias para superar este desafío y fortalecerse emocionalmente:

1. Busca apoyo externo: Rodéate de amigas, familiares o un terapeuta con quienes puedas hablar y recibir contención. A veces, compartir tus sentimientos con alguien que pueda ofrecerte apoyo adulto es una forma de evitar que tus hijos asuman esa carga.

2. Refuerza tu autocuidado: Prioriza actividades que te hagan sentir bien y te den energía, como ejercicio, hobbies o momentos de descanso. Cuando tú estás bien, es más fácil brindarles estabilidad a tus hijos.

3. Practica la comunicación asertiva: Habla con tus hijos sobre tus sentimientos, pero desde una postura de fortaleza. Puedes decirles que hay momentos difíciles, pero que confías en tu capacidad de salir adelante. Esto les mostrará que, aunque enfrenten desafíos, no necesitan preocuparse por “cuidarte”.

4. Reafirma tu rol de madre: Cada día, recuerda que tu papel es ser su guía y apoyo. Busca formas de ser un ejemplo de resiliencia para ellos, demostrando que los problemas son parte de la vida, pero que siempre hay formas de enfrentarlos con entereza.

5. Establece límites claros: Deja en claro que aunque aprecias su preocupación, tú eres responsable de tus emociones. Esto les dará tranquilidad y les permitirá enfocarse en su propio crecimiento, sabiendo que cuentan con una madre fuerte y capaz.

Recuerda, ser madre no significa ser perfecta, sino ser auténtica y mostrarles a tus hijos que se puede ser vulnerable y al mismo tiempo ser fuerte.