Hola tengo 11 años. Hoy tuve un problema con mi mamá por fumar en el colegio. Ella se enojó y me pegó muy fuerte.
Becky responde
Entiendo que a veces nos dejamos llevar por la curiosidad o la presión de los amigos, quienes nos retan a probar cosas que parecen atrevidas. Sin embargo, es importante comprender que estas acciones pueden convertirse en problemas y abrir la puerta a hábitos difíciles de dejar.
En cuanto a la reacción de tu mamá, puedo entender por qué se enojó. Fumar a tu edad no es saludable ni positivo. Aunque reconozco que pegar no es una forma constructiva de comunicarse.
En momentos de desesperación y presión, es común que las personas exploten sin considerar otras formas más efectivas de comunicarse. Lamento sinceramente que hayas recibido golpes; estoy seguro de que hay maneras más efectivas de conversar y hacerte entender que fumar no es algo aceptable y puede afectar tu salud y crecimiento.
Quiero hablarte un poco más sobre por qué fumar no es algo bueno, y también sobre las reacciones de los adultos, como tu mamá.
Imagina que eres el capitán de tu propio barco, y tu cuerpo es como ese barco. Queremos que nuestro barco esté en las mejores condiciones para navegar por la vida y enfrentar aventuras, ¿verdad? Ahora, fumar es como abrir pequeños agujeros en nuestro barco. Puede hacer que no navegue tan bien y que no disfrutemos plenamente de todas las travesías.
A veces, los amigos pueden hacer cosas que parecen divertidas, como fumar, pero eso no significa que sea lo correcto para nosotros. Cada uno tiene su propio barco y sus propias decisiones. Es esencial recordar que está bien ser diferente y hacer elecciones que nos mantengan saludables y felices.
Respecto a lo que pasó con tu mamá, cuando alguien se enoja o se preocupa mucho, a veces muestra sus emociones de formas que pueden asustar. En el caso de tu mamá, lo hizo porque te quiere mucho y se preocupa por tu bienestar. A veces, los adultos pueden reaccionar así cuando sienten que sus hijos están tomando decisiones que podrían hacerles daño.
La idea es aprender de esas experiencias y entender que, aunque a veces los adultos se vean enojados, siempre es porque nos quieren y quieren lo mejor para nosotros
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