Cuando asisto a eventos familiares, me encuentro con algunas primas que siempre tienen una actitud pesimista y se ven casi amargadas. Nunca parecen sonreír y constantemente critican a todos a su alrededor. Si intento acercarme a ellas, sus palabras son cínicas y negativas. Siempre se aferran a tener la razón y les resulta difícil comprender que otras personas pueden tener diferentes puntos de vista y circunstancias que justifiquen opiniones distintas. Aunque su opinión es respetable, no necesariamente refleja cómo piensan los demás. Es curioso que parezcan estar muy pendientes de los errores ajenos, pero minimizan sus propias faltas. Esta conducta tan negativa me ha llevado a evitarlas y a distanciarme de ellas, lo cual me está afectando ya que cada vez tengo menos interés en tener relaciones con las personas de mi familia. Estoy preocupado y no sé qué hacer al respecto.

Becky responde

Desafortunadamente no puedes controlar la forma de actuar de otras personas y no sabes qué situación están pasando en ese momento, por lo tanto te recomiendo no te enganches con su forma de actuar. De que es incómodo y duele definitivamente, claro que te comprendo y reconozco que hay personas que lastiman e incomodan a cualquiera.

 

Te recomiendo que en esos momentos de incomodidad y de modestia dejes de enfocarte en ellos, no pienses en qué o por que son de la manera tan fea que son.

Ocúpate en ti. Protege tus sentimientos. Busca la forma de sentirte tranquilo  y seguro y en aprender a controlar tus reacciones ante los comportamientos de esas personas que solo vienen a quitar luz al mundo.

 

Siente compasión por ellos ya que te puedes imaginar el mundo tan oscuro y hostil en el que viven.

 

Hay múltiples razones por las cuales algunas personas pueden ser amargadas. Algunos factores pueden incluir experiencias pasadas negativas, traumas, falta de satisfacción personal, frustraciones acumuladas, expectativas no cumplidas, problemas de salud mental, dificultades en las relaciones interpersonales o influencias sociales negativas.

 

Las personas amargadas suelen tener una perspectiva negativa de la vida y pueden manifestar actitudes de resentimiento, enojo o pesimismo. Es importante recordar que cada individuo tiene su propio conjunto de circunstancias y experiencias únicas que pueden moldear su forma de ser.

 

Es crucial abordar las actitudes amargadas con compasión y empatía, ya que estas personas pueden estar pasando por situaciones difíciles o luchando con problemas internos. Brindarles apoyo, alentar el autocuidado y ofrecerles oportunidades para el crecimiento personal y la mejora de la salud mental puede ser de gran ayuda para superar la amargura y fomentar una actitud más positiva y saludable.

 

Cuando te encuentres frente al maltrato o desaire de una persona amargada, es importante recordar lo siguiente:

 

1. No tomes las palabras o acciones de manera personal: Reconoce que el comportamiento de la persona amargada puede estar más relacionado con sus propias dificultades y no contigo como individuo. No permitas que sus palabras te definen ni afecten tu autoestima.

 

2. Practica la empatía: Intenta comprender que la persona amargada puede estar pasando por situaciones difíciles o cargando con heridas emocionales. Al mostrar empatía, puedes evitar tomar su comportamiento de forma personal y mantener la calma.

 

3. Establece límites saludables: Si el maltrato o desaire de la persona amargada se vuelve recurrente o abusivo, es importante establecer límites claros y protegerte a ti mismo. Puedes alejarte de situaciones tóxicas y limitar tu contacto con esa persona si es necesario.

 

4. Busca apoyo emocional: Comparte tus sentimientos con personas de confianza, como amigos, familiares o profesionales de la salud mental. Obtener apoyo y perspectivas externas puede ayudarte a lidiar de manera más efectiva con las emociones generadas por la interacción con personas amargadas.

 

5. Cultiva tu bienestar personal: Dedica tiempo y energía a actividades que te brinden alegría, satisfacción y paz. Practica el autocuidado, como el ejercicio físico, la meditación, la lectura, el tiempo al aire libre o cualquier actividad que te ayude a mantener un equilibrio emocional.

 

Recuerda que no puedes cambiar a las personas amargadas, pero puedes controlar cómo te afectan. Centra tu energía en tu crecimiento personal y en rodearte de personas positivas que te apoyen y te inspiren.