El cambio es posible, siempre y cuando se requiere para lograrlo.

“La gente no cambia porque le tiene miedo al cambio” ¿Sera verdad? Esta afirmación, es quizá una de las mentiras mejor vendidas. Posiblemente es difícil cambiar porque tus costumbres están arraigadas…o a lo mejor, no es tan fácil cambiar porque la idea del fracaso es más fuerte que el deseo del cambio… quizá, simplemente, no se puede cambiar, porque no sé dónde empezar…

A pesar de que se pueden encontrar muchas explicaciones técnicas, reales y psicológicas del porque la gente no cambia, en realidad la razón de esta cuestión, es mucho más simple y la respuesta es mucho más fácil de lo que tanta teoría explica.

La gente no se atreve a cambiar, simplemente porque no cree que lo puede hacer. Esto quiere decir, que el cambio es un proceso que requiere un ingrediente esencial, el poder creer y sentir que hay algo dentro de uno que permite superarse y cambiar. A pesar y por encima del miedo. Siempre que uno quiere puede cambiar.

Es esencial reconocer que dentro de uno existe la posibilidad del cambio. Reconocer que uno es luz, y tiene todo lo que se necesita para cambiar. Pero también uno es obscuridad, miedo, duda, lo cual impide el cambio. “Soy negro y blanco” son una posibilidad de ser mejor y al mismo tiempo tengo mis costumbres que me arraigan y me detienen a cambiar. Aceptar la dualidad hace que el cambio sea más factible.

El cambio generalmente involucra incertidumbre, descontrol y riesgo. Dichos sentimientos son incomodos. A nadie le gusta sentirse frágil, fragmentado y fuera de lugar. Es por eso que solo se puede cambiar cuando uno está seguro que tiene dentro el valor y la certeza de que puede cambiar. Es por eso que: No es el miedo lo que impide el cambio, es la duda de uno mismo lo que paraliza la posibilidad del cambio.

Cambiar es crecer, es mejorar es aprender de las experiencias, el cambio es bueno. De hecho hay muchas cosas que cambian sin uno darse cuenta. La vida es cambio, es movimiento y es un continuo fluir… así como pasan los años y las estaciones cambian, la gente también crece. El detener o impedir el cambio es luchar contra la naturaleza y es de alguna manera como dejar de vivir.

El miedo no es ajeno a nadie, de hecho es un compañero que se le reconoce con facilidad. Cuando este se apodera de los pensamientos y del cuerpo se le siente de inmediato. El corazón palpita con mayor velocidad, los músculos se tensan, las pupilas de los ojos se dilatan, se parpadea menos, el estómago se contrae, se pierde el apetito o entra una compulsión y necesidad de comer, tomar, fumar etc… En fin, el miedo es escandaloso y fácil de reconocer, lo que es difícil es controlarlo y conquistarlo y caminar junto a él sin escucharlo.

La receta

Superando el Miedo

Ingredientes:

• 1 taza de aceptación – reconocer el sentir propio, conciencia plena de uno mismo
• 2 piezas de valor – fortaleza para poder enfrentar las situaciones incomodas e inseguras
• 1 ramita de confianza – saber que uno tiene la lo que se requiere para cambiar
• 2 sobrecitos de actitud positiva – buena disposición ver la vida con ojos positivos
• 1 pizca de paciencia – aguante, determinación para sobreponerse a lo desconocido

Recomendación del chef

No luches contra tu miedo, haz que esté tu aliado. Déjalo fluir, recuerda que tú tienes el ingrediente esencial para cambiar. Ten confianza en ti, tú puedes lograr todo aquello que te propones.

Lecciones del miedo

1. Solo la persona que se atreve a aceptar su valor propio puede superar el miedo. Admitir que uno tiene miedo es un logro muy grande, si aparte se puede reconocer que también se cuenta con la posibilidad de superarlo, entonces uno aprende a vivir con plenitud y fortaleza.
2. El miedo siempre está latente, hay que reconocerlo y hacerlo un aliado. Sentir duda cundo se surgen limitaciones o fragilidades de la condición humana y natural. Confrontarlo y superar este sentir otorga poder y libertad.
3. El miedo recuerda que siempre hay una razón por más por la cual se puede luchar. El miedo conecta a la persona con su propio valor. Regala la fuerza para conquistar los pensamientos obscuros y permite disfrutar sabor del triunfo.

El miedo es un buen aliado, este proporciona las mejores razones para poder cambiar y luchar contra lo que impide ser feliz.

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