Hace 10 meses una amiga de toda la vida discutió conmigo, me grito en frente de personas y puso fin a nuestra amistad. Yo no respondí, me olvidé de ella ya que desde hace un tiempo he decidido no tolerar las faltas de respeto.

Hace unos días que me escribió porque se enteró que tengo un familiar enfermo. No quiero responderle porque no quiero retomar la relación. Ella no me ha pedido disculpas, ni ha querido hablar del tema que ocasiono perder el contacto. ¿Debo responder con educación aunque no me salga sinceramente?

Creo que el responder educadamente a una persona que se toma el tiempo de preguntar por un ser querido es una buena decisión. No implica explicaciones y tampoco insinuar que perdonaste una acción que te lastimo. Simplemente como la palabra dice, demuestra que eres educada.

Pero en otro plano un poco más profundo… ¿Sabes? Todos tenemos el derecho a tener malos ratos, hasta sin querer, hay veces que uno puede explotar y gritarle hasta a la gente que más queremos. No voy a disculpar a tu amiga, si te grito y te ofendió, es probable que ella podría estar pasando por un mal momento. Claro que eso, NO justifica su acción pero, tampoco creo que una amistad de toda la vida tenga un final tan radical.

No sé qué fue lo que le paso cuando te grito, tampoco sé por qué se enojó tanto contigo. Pero creo que cualquier buena amistad puede utilizar un poquito de compasión y de perdón.

El retirar el habla y perder una relación de tantos años, es una actitud extrema y un tanto drástica. Quizá ella no te ha pedido la disculpa como tu quisieras, sin embargo tuvo la iniciativa de acercarse ya sea porque genuinamente te quería apoyar, o porque fue la única manera de que encontró para poderse acercar a ti e iniciar un dialogo.

Tú tienes la opción de seguir con el rencor y el enojo, perder a una buena amiga o bien puedes tener un poco de valor y tratar de recuperar la relación que tenías con tu amiga. Vivir con rencor y perder amigos buenos no es sano, tampoco creo que te deja nada bueno.

Quizá las dos tengan algo bueno que aprender una a ser más prudente y la otra a ser más sensible, y ambas, menos rencorosas. Si en realidad era una buena amiga, no la pierdas, de esas no hay tantas.

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