Hola, me gustaría un consejo: tengo un hermano que lo echaron de donde vivía porque no pagó su alquiler por todo 1 año. Ahora vive conmigo pero no quiere irse y mi esposo está molesto, no sé que hacer. Si saco a mi hermano mi familia dirá que yo soy mala.

Becky responde

Si una persona está creando problemas entre tu marido y tú, es esencial reconocer que está poniendo en riesgo una relación importante. La prioridad debe ser tu matrimonio y la armonía en tu hogar, ya que esto es fundamental para tu bienestar. Así como estás cuidando de tu familia, tu hermano debería entender que es hora de que se independice y se haga responsable de sí mismo.

Entiendo que sientes cariño por tu hermano y deseas lo mejor para él. Sin embargo, permitir que viva en tu casa sin contribuir de manera justa es poco razonable e incluso irrespetuoso hacia tu esposo y tu hogar.

La cuestión no radica en si eres una buena o mala persona, sino en si tu hermano está trabajando para recobrar su independencia y establecer su propio sustento, en lugar de depender de otros, en este caso tú y tu esposo.

Si tu hermano no ha podido cumplir con sus responsabilidades y respetar las normas de convivencia en tu hogar, es evidente que enfrenta un problema personal. Esto no te hace una mala persona por exigir que asuma sus compromisos.

De hecho, permitirle vivir sin contribuir ni responsabilizarse de sí mismo es aún más perjudicial que solicitarle que participe o busque otro lugar donde vivir.

Es importante abordar el tema con tu hermano de manera respetuosa y comprensiva, brindándole la oportunidad de explicar su situación. Debes expresarle tus preocupaciones sin hacerlo sentir que lo estás echando, pero dejándole claro cómo su comportamiento afecta tu matrimonio.

Si tu familia considera que estás actuando mal, sería adecuado sugerirles que lo ayuden o le proporcionen un lugar donde alojarse. Es fácil criticar a quienes están actuando, pero es otra cosa asumir la responsabilidad y tomar medidas. Si no están dispuestos a ayudarte, no tienen derecho a juzgarte ni a exigir que cargues con un problema que no te corresponde.