No entiendo por qué sigo casado con mi esposa, tenemos muchos años peleando, discutiendo y haciéndonos la vida imposible. Sin embargo nos queremos y no nos podemos dejar. Siento que ella me quiere controlar y yo me enojo y me desquito sin querer olvidando ciertas cosas que me pide y no las hago o simplemente ignora lo que me dice. Siento que igual todo es motivo de pelea y nada se mejora aun cuando llevamos mucho tiempo con ayuda profesional. Ambos entendemos los problemas, aprendimos a comunicarnos mejor, y sabemos cuánto nos queremos, sin embargo siento que no podemos mejorar ni salir de este círculo que nos ata y no nos deja vivir con armonía ni felicidad.
Becky responde
La respuesta:
Qué tragedia tan grande vivir con alguien a quien amas y al mismo tiempo hacerle la vida imposible. En un mundo tan fragmentado y lleno de problemas, el hogar debería ser un oasis de bienestar y una trinchera que proteja a las personas de toda la locura que existe.
Lamentablemente, hay personas que aprenden a amar de manera torcida, creyendo que la pelea y el conflicto son la única forma de sentirse amadas. Este grave error termina desgastando a las personas y olvidan que, principalmente, se están dañando a sí mismas.
Los amores chuecos pueden convertirse en amores tormentosos que inducen al sufrimiento y a la desaprobación continua. Culpan al otro por todo lo que está mal en la relación, despojando toda responsabilidad por sus elecciones y sus consecuencias.
Esta concepción equivocada del amor proyecta en el otro lo que no les gusta de sí mismos, lo que les facilita lastimarlos y, al mismo tiempo, les impide soltarlos. Por otro lado, un amor torcido crea dependencia y una sensación de completitud irracional a través del otro.
¿Cómo se puede ver un amor sano?
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Un amor sano reconoce y celebra las diferencias entre las personas, permitiendo una convivencia en paz y armonía.
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Nutre y mejora la calidad de vida de los involucrados, fomentando el desarrollo personal y la gratitud.
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Sabe establecer y respetar límites, lo que contribuye a mantener una relación saludable y estable.
Es responsabilidad de cada persona reconocer que la vida es lo que cada uno hace con ella, y vivir en conflicto diario es una elección personal. Reconocer que somos parte del problema y de la solución es fundamental. Las relaciones no se arreglan culpando y esperando que el otro cambie, sino aceptando que ambos deben dejar los malos hábitos y recordar que el amor implica dar, entender y mejorar para vivir en paz y armonía.
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