No nos falla cada vez que discutimos, mi esposo y yo terminamos con la amenaza que mejor nos deberíamos de divorciar ya que nuestro matrimonio no está funcionando y en lugar de tener una bonita vida matrimonial nos peleamos y nos queremos divorciar. Después de tantas discusiones y amenazas creo que a lo mejor sí sería bueno terminar con este matrimonio. Ocupo un consejo.
Respuesta
Lamento escuchar que estás pasando por una situación tan difícil en tu matrimonio. Las discusiones frecuentes y las amenazas de divorcio pueden ser increíblemente estresantes y dolorosas.
Es difícil darte un consejo definitivo sin conocer todos los detalles de tu relación, pero puedo ofrecerte algunos puntos para reflexionar y ayudarte a pensar en las cosas desde una perspectiva menos tajante y destructiva.
1, Las relaciones matrimoniales son complicadas y, al principio, pueden parecer bastante difíciles ya que cada uno viene de una familia diferente con valores y formas de ver la vida distintas. Sin embargo, es fundamental que predomine el respeto y la intención de construir una buena vida juntos.
2. Las amenazas no son soluciones ni mejoran los problemas. Las amenazas son gritos de desesperación y frustración que cierran la puerta al diálogo y crean desesperanza y mucho dolor.
3. Recuerda que hay conflictos que no se pueden resolver porque lo que ya sucedió no se puede cambiar. Sin embargo, sí puedes cambiar la forma en que reaccionas. Es decir, puedes escuchar el dolor o la falta de entendimiento ante situaciones difíciles sin reaccionar de manera impulsiva, gritar, ofender o exigir que uno de los dos tenga la razón. De esta manera, es posible entenderse sin llegar al punto de querer divorciarse cada vez que hablen de temas incómodos.
4. Te recomiendo que evalúes cuáles son los puntos que los hacen explotar y que intenten resolverlos cuando estén tranquilos y no en medio del conflicto. Generalmente, los conflictos se refieren a dos o tres temas recurrentes que les lastiman con frecuencia y no logran resolver, ya sea porque no están siendo sinceros o porque hay un conflicto más profundo que evitan enfrentando trivialidades.
Desde una perspectiva psicológica, es importante comprender que las peleas y las amenazas pueden ser un síntoma de problemas más profundos que requieren atención. Considera buscar ayuda profesional, como la terapia de pareja, que puede proporcionarles herramientas para mejorar la comunicación y resolver conflictos de manera constructiva.
Desde una perspectiva espiritual, es útil recordar que el matrimonio es una unión sagrada y un compromiso profundo. Practicar la paciencia, el perdón y la compasión puede ser esencial para superar las dificultades. La meditación y la reflexión pueden ayudarte a encontrar claridad y calma en medio de la tormenta.
Finalmente, recuerda cuidar de tu bienestar emocional y físico. Practicar actividades que te relajen y te hagan sentir bien contigo misma es fundamental en momentos de estrés.
Decidir terminar un matrimonio es una decisión muy personal y profunda que no debe tomarse a la ligera. Asegúrate de haber hecho todo lo posible por resolver los problemas antes de tomar una decisión final.
Si después de reflexionar y buscar ayuda profesional sientes que el matrimonio realmente no tiene un futuro saludable, entonces puede ser momento de considerar el divorcio como una opción para el bienestar de ambos.
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