Cuando se trata una y mil veces de salir adelante y aun así las cosas no funcionan, uno piensa que ya no vale la pena seguir tratando; sin realmente querer, es fácil caer en un circulo vicioso donde se deja tristemente de creer en uno mismo; sintiendo que la mala suerte lo persigue y hasta se pierde la esperanza de poder algún día salir adelante. Son precisamente esos momentos de desolación donde surge el miedo, la frustración y sobretodo el dolor. Estos ingredientes que solo salan y amagan el sabor de la vida. ¿Pero que hacer? ¿Cómo romper esta rutina? ¿Sera posible salir del este hundimiento tan profundo?
No se vive para darle el gusto a los demás satisfaciendo sus expectativas y lo que crees que ellos esperan de ti, se vive cuando haces y dices lo que tu sabes y esperas de ti.
Armando siente que nada le sale bien, que todo lo que hace se complica y en lugar de salir adelante cada vez se hunde más. No hay nada que más quisiera que considerarse un hombre satisfecho y feliz, ser un buen proveedor para su mujer y sus hijos, así como poder inspirar y ayudar a sus padres que mucho lo necesitan. Tristemente este es un sentimiento que hace mucho tiempo dejo de sentir. Claro que todos los días sale a trabajar; busca y encuentra pequeñas oportunidades pero ninguna con suficiente éxito como para recuperar su fe y mejorar su ánimo.
Su desesperación lo ha llevado a tomar malas decisiones, lo que como resultado ha logrado que él se sienta aun pero de si mismo. Él vive una vida solitaria, sin sueños o grandes ilusiones. Cada vez que esta a punto de lograr una buena oportunidad, repentinamente las cosas se complican, se contaminan y hasta se le voltean dejándolo con más problemas y desilusiones.
Algunos familiares que lo conocen bien insisten que es probable que él llame a su propios problemas. Que no busca nuevas y mejores oportunidades o que le falta deseos de realmente querer salir adelante. Ellos no entienden porque un hombre relativamente joven, con preparación y con buenas intenciones, esta como dormido o prácticamente paralizado, sin poder salir adelante ni encontrar una manera de ver ola vida con claridad y objetividad.
Definitivamente el crea situaciones complicadas y asegura que estas le llegan solas y sin querer; ¿es posible que su actitud tan temerosa, lastimada y su poca energía le impidan ver más allá de su nariz? En realidad es que Armando vive atorado en un mundo obscuro y desconectado de todos, está imposibilitado y encadenado en si mismo.
A pesar de que ha buscado ayuda aun no ha encontrado alguna razón o situación que le pueda regresar la esperanza y le de felicidad. Las cosas no mejoran milagrosamente, sin embargo mientras él no pueda aceptar que su actitud, sus pensamientos y su falta de fe lo están hundiendo, nunca podrá empezar a encontrar una buena solución.
La Receta
Recuperando el impulso para poder luchar
Ingredientes
- 2 piezas de reconocimiento y aceptación
- 1 rebanada de fortaleza
- 1 taza de realidad
- 1 manojo de conexión y convicción
- 3 cucharadas de esfuerzo y determinación
- 1 chorrito de amor propio
- 1 pizca de vulnerabilidad
Recomendación del chef
Los sentimientos de pertenencia, valor y amor ayudan a no perder la fe y la confianza.
Modo de preparación
- Para que las cosas sucedan hay que ser capaz de querer ver, entender y aceptar con responsabilidad lo que pasa. Es más fácil engañarse a uno mismo, mal gastando el tiempo y satisfaciendo pequeñas necesidades inmediatas, en lugar de actuar con coraje y luchar para llegar al objetivo realmente deseado por mas difícil que sea.
- Pedir y aceptar ayuda cuando realmente se necesita es una acción verdaderamente poderosa que fortalece el carácter y la superación personal. Todos necesitamos ayuda alguna vez; tener el valor de mostrar nuestra vulnerabilidad, más que hacernos pequeños, invisibles o virtualmente desconocidas, nos acerca a los queridos, nos conecta y nos extiende una mano que sirve de apoyo para continuar.
- Se recibe recompensa por el esfuerzo que se hace, nunca por el éxito que se obtiene. No rendirse e intentar mil distintas maneras para llegar a la meta, es en si un verdadero triunfo; lo único que esta en nuestras manos y es nuestra responsabilidad. Los resultados dependen de muchos componentes que no se pueden controlar.
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