¿Qué pasa con la sensibilidad de uno después de que ha sido abusado sexualmente?
El sentimiento de ruptura, coraje, abuso, impotencia y desesperación por haber sido víctimas de personas llenas de maldad, corruptas, enfermas y con instintos animales incontrolables, dejan heridas profundas en lo más íntimo del alma. El dolor de tener que vivir todos los días de la vida con el recuerdo del abuso sexual es inmenso. Lamentablemente, esta es la historia de muchos. Además de haber sufrido en el momento del trauma, sus efectos continúan y se hacen evidentes diariamente. Hay quienes sufren de depresión, sentimientos de culpa, vergüenza, humillación, enojo, baja autoestima, aislamiento, etc. ¿Cómo pueden quienes fueron víctimas volver a sentirse bien consigo mismas?
Es difícil encontrar ingredientes positivos cuando la receta es amarga y pesada para digerir, pero cuando esto se logra, el cocinero se beneficia y su vida sabe mucho mejor.
Flor es una mujer muy atractiva, educada, con una bella familia y un futuro prometedor. Nadie podría creer que detrás de ella hay una historia de un dolor monstruoso como producto de una pesadilla que no se puede describir. Flor carga con el recuerdo vivo de su infancia, una niñez gris, amarga y muy triste.
Desde pequeña, Flor amaba la música y el baile. Por ello, su madre la apoyó en todo lo que pudo para que pudiera desarrollar sus intereses y talentos. Flor comenzó a tomar clases de baile moderno a los ocho años y soñaba con algún día poder destacarse y competir. Su entrenadora le exigía largas horas de práctica todos los días de la semana. Lamentablemente, resultó ser una mujer perversa que aprovechaba los momentos donde se encontraba a solas con Flor, para cometer actos degenerados. El modo en que se comportaba y hablaba del sexo asustaba y repugnaba a la niña. La entrenadora usaba un lenguaje muy vulgar y con morbosidad le relataba a Flor detalladamente como alguien la penetraría y la lastimaría.
En varias ocasiones, cuando Flor estaba practicando, llegaba de visita el novio de la entrenadora, un hombre grotesco y de aspecto sucio e intimidante. La entrenadora y este hombre obligaban a Flor a mirar mientras tenían relaciones sexuales y frecuentemente, la desvestían y le tocaban sus partes privadas. Flor nunca dijo nada ya sea por vergüenza, miedo o porque no sabía cómo decirle a su mamá lo que estaba pasando.
Pasaron los años. Flor creció, se convirtió en una mujer muy atractiva en todos los aspectos pero se sentía sucia por dentro. Se sentía acosada por los miedos y fantasmas del pasado que no le permitían sentir deseos, disfrutar plenamente de su femineidad y de la compañía de su pareja.
LA RECETA
Aliviando heridas pasadas
INGREDIENTES
- 3 tazas de aceptación
- 1 rebanada de conciencia
- 2 manojos de esfuerzo para sanar
- 1 cucharada de confianza y Fe
- 3 gotas de positivismo
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
El miedo a no pedir ayuda y callar es un gran error
MODO DE PREPARACIÓN
- Toda persona tiene la posibilidad de superarse cuando realmente lo desea. Haber sufrido cualquier tipo de abuso es una gran desventaja; sin embargo, cuando se encuentra la ayuda y el apoyo adecuado y se trabaja con empeño para curar las heridas, se puede salir adelante.
- Aceptar el pasado alivia la carga del presente y permite vivir el futuro. Los sentimientos de enojo, tristeza y dolor no desaparecen mágicamente, pero cuando se entienden, se lloran y se liberan se deja de prolongar el sufrimiento que impide dejar el pasado, mirar hacia adelante y vivir mejor.
- Sanar debe surgir del deseo interior de cada persona. No es posible ayudar a quien no lo desea. Tampoco se puede fortalecer quien no es capaz de enfrentar su propio dolor. Hay que recordar que lo peor quedó atrás, y que uno es el arquitecto de su presente y su futuro; se puede recobrar el confort y comenzar a restablecerse.
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