Todos cometemos errores en algún momento de nuestra vida. Vivir con la idea de que no los hacemos es simplemente una negación. Tarde o temprano hay consecuencias y choques que son los mejores maestros; indicadores que marcan la pauta para superarnos y para descubrir nuevos caminos para crecer. Cuando uno es capaz de aceptar y pronunciar dos simples palabras: “me equivoqué”, es muy probable que tenga también el valor de cambiar, asumir las consecuencias, mejorar, aprender y continuar el camino con mejores resultados y una mayor satisfacción .
Tener la oportunidad de aprender de los propios errores, transformarse o reinventarse es una magia que libera y abre horizontes
Los errores empiezan como pequeñas faltas casi inofensivas y que a simple vista no son ni siquiera importantes. Sin embargo, si uno no toma conciencia, de a poco aumentan y se acumulan. Una acción errónea, una palabra errada o una decisión equivocada se van sumando ocasionando consecuencias desagradables y a veces, hasta peligrosas y fatales.
Antes de empezar un año nuevo, o cualquier relación, proyecto o trabajo, además de hacer nuevas promesas y proponernos metas deseadas, sería altamente recomendable analizar, aprender y corregir los errores que se han cometido en el pasado.
Lucy una bella y joven muchacha, siempre contó con un gran apoyo familiar y con buenas oportunidades para crecer en el estudio y el trabajo. Sin embargo, se encuentra bloqueada por estar en una relación equivocada con un hombre que la ha separado de su familia y le ha quitado los deseos de continuar con sus estudios. Lucy no es feliz; se siente muy sola, vulnerable, ha lastimado y se ha alejado de quienes la quieren y la han apoyado. No desea admitir que cometió un error. Aceptar que se equivocó y que se juntó con el hombre equivocado más que producirle dolor, podría abrirle una puerta a una vida mejor.
Saúl hizo malas decisiones en sus negocios. Esto, acentuado por la crisis económica llevó a que se quedara sin trabajo, sin dinero y sin nuevos proyectos en el horizonte. Comprender sus faltas, admitirlas y corregirlas no sólo le daría una visión más clara de su vida sino que le posibilitaría tomar mejores caminos.
Fabián y Gustavo, dos hermanos que trabajaron juntos por más de 15 años, se han separado porque les es imposible trabajar en la misma empresa. Sus visiones en la vida son distintas y ambos hermanos cometieron algunos errores que se fueron acumulando hasta llegar al punto de deteriorar la relación. En el proceso de la separación se han ofendido, amenazado humillado y lastimado tanto que les será difícil poder retomar una buena relación familiar. Eso le exigiría a cada uno reconocer sus errores, enfrentarse con sentimientos como dolor o vergüenza y tener humildad.
Mariel reprobó dos materias importantes en la universidad ya que los amigos y las fiestas la han tenido ocupada. Esto sumado a la falta de seriedad en sus estudios y la creencia errónea de que con un poco de estudio al finalizar el semestre podría subir sus notas, la llevaron a reprobar. Errores que de primer momento parecieran inofensivos pero desafortunadamente se convirtieron en grandes pesadillas.
Hay que aprender de los errores, tener el valor de evaluarse a si mismo y sobretodo nunca darse por vencido. Aprender, cambiar y luchar son buenos ingredientes para empezar un nuevo año.
LA RECETA
Para aprender de los errores
INGREDIENTES
- 1 taza de reconocimiento y aceptación
- 1 taza de comunicación clara y precisa
- 2 manojos de Iniciativa
- 3 gotitas de humildad
- 1 rebanada de voluntad
- 1 taza de cambios
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
¡El error se puede corregir en el preciso momento que sucede!
MODO DE PREPARACIÓN
- Todos comentemos errores, nadie es perfecto en este mundo. Muchas veces los errores no son causados por falta de habilidades o conocimientos ni por condiciones tan complicadas que no se puedan resolver. Frecuentemente los errores son causados por cansancio, comunicación difusa o por falta de colaboración.
- Hay que tener el valor para aceptar cuando uno se ha equivocado. Los errores no suceden por si solos. Muchas veces sabemos que estamos haciendo algo mal, pero nos convencemos que de alguna manera no es para tanto negativas o quizá lo podremos corregir después.
- Los errores pueden sentirse como que son demasiado complicados, frustrantes y que requieren demasiado esfuerzo para ser corregidos. Sin embargo, generalmente la solución puede ser fácil, simple, concreta y puede producir buenos frutos.
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