Es muy difícil ser una suegra perfecta, así mismo es casi imposible ser la nuera ideal.
La suegra perfecta debería de ser una mujer que cuida la paz en el hogar de su hijo y valora la relación de su nuera. Debería de ser sensible e inteligente para apoyar las decisiones que su hijo y su esposa hacen sin juzgar, criticar o reprocharles cuando no la toman en cuenta.
Si llegara a surgir una situación comprometedora, entonces deberá tratar de no opinar o iniciar una discusión desagradable. Convendría que hiciera sus comentarios en privado y solo cuando se lo permitan.
La suegra inteligente solo va de visita a la casa de su hijo cuando la invitan. Sus visitas son cortas y amenas.
Está disponible para cuidar y disfrutar de sus nietos cuando lo requieran. Es espléndida a sus posibilidades, dispuesta a compartir su vida. Trata de dar a manos llenas y sin pedir nada a cambio.
Una suegra perfecta tendría la mesa preparada para servir aun cuando no espera a nadie, así está lista para hacer que sus invitados se sientan bienvenidos.
Es una mujer sencilla y segura de sí misma por lo que no compite con su nuera. Es más, la trata de hacer sentir mejor con todo lo que ella hace y dice.
¿Realmente existirá una suegra con estas cualidades?
Posiblemente existan mujeres que se acerquen a la descripción casi perfecta, son buenas mujeres, están conscientes de su papel como suegras/nueras y buscan tener una relación cercana, buena y civilizada. También habrá mujeres que intencional o sin intención lastimen, critiquen o hagan imposible la vida de sus hijos, nueras y nietos.
La relación con la “otra mujer” es decir la suegra/esposa es una relación difícil y compleja. El secreto quizá es entender que no hay necesidad de competir por la atención y el cariño del hijo/marido y que hay que integrar una nueva realidad ampliando los lazos familiares con el fin de crear una vida armoniosa y plena.
Es necesario aprender a ser tolerante, paciente y sobre todo respetuoso, entender que un conflicto insignificante, una discusión innecesaria y un diálogo destructivo puede crear un problema que afecta a todos y como consecuencia alejara a las personas que finalmente se les quiere.
Para que estas relaciones funcionen, hay que recordar que no solo se busca preservar la relación, sino es vital nutrirla, valorarla y validarla. Hay que soltar las luchas de poder que solo deterioran.
Tanto la suegra como la nuera perfecta pudieran ser una fantasía, pero se pueden convertir en un mapa para poder marcar el camino que indicará una buena ruta a seguir.
Lo más importante es construir y nutrir diariamente una relación con las personas
cercanas sin crear conflictos o imponer la opinión para evitar luchas de poder y problemas que solo deterioran la calidad de vida y la paz emocional.
Hay relaciones que se deben de cuidar para vivir en familia y para poder disfrutar el legado de las nuevas generaciones.
La suegra perfecta
Ingredientes:
- Prudencia – reconocer los momentos adecuados para habla y callar
- Buena disposición – actitud positiva, cooperativa y alegre de poder compartir
- Respeto- tener límites claros y respetar las diferencias con serenidad
- Paciencia- aprender a no imponerse y dejar que cada uno actúe como mejor entiende
- Generosidad- cariño, dedicación y abundancia de buen trato
Nota: es necesario que la madre tenga una buena relación con su hijo para que todos estos ingredientes pueden mezclarse mejor.
Afirmación Personal:
Valoro a mi familia. El bienestar de mis hijos, nueras y nietos es mi prioridad. Hago lo posible por ser la mejor madre y suegra que puedo ser. Veo la felicidad de mi familia. Dejo fluir todas las relaciones que me rodean. Y me abro a la sabiduría del universo. Tengo fe de que actuó con conciencia y buena disposición. Confío en que el amor y la confianza que doy sea recibido con cariño y sinceridad. Trato de no crear conflictos y me convierto en un ser de luz y un ejemplo sólido. Cuido a mi familia y amo a mis hijos, nueras, yernos y sobre todo a mis nietos.
Cómo ser una buena suegra.
1. Las relaciones personales significativas son importantes para tener una buena calidad de vida.
Las personas que nos rodean pueden ser nuestros mejores aliados o nuestros peores enemigos. La paz emocional mejora la calidad de la vida y de las relaciones personales.
2. Es importante comprometerse sin reservas y con gratitud. La vida no tiene una medida prescrita, valorar y respetar a las personas queridas. Cada uno da lo que puede, no hay que competir y pedir lo que otros no pueden dar.
3. Poder ofrecer en lugar de exigir o criticar invita a otra mejora la calidad de las relaciones.
Una sonrisa, un elogio, una atención pequeña, una palabra atenta en el momento adecuado transforma un mal día.
Encontrar motivos para querer y aceptar a los demás facilita y asegura el privilegio de convivir y ver crecer a nuestros hijos y nietos. ¿Valdrá la pena dejar los guantes de box y usar guantes para cocinar? *Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2022 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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