Estoy cuidando de mi mamá que está muy delicada, (yo soy invidente.) Yo puedo perfectamente ayudarla y con gusto lo hago, pero me siento algo sobrecargada. Muchas veces siento que me faltan fuerzas, ¿qué hacer cuando no se tiene a nadie para un desahogo? Muchas gracias.
Becky responde
Cuidar a los padres en su etapa adulta es un acto de responsabilidad y afecto. Aunque entiendo que este compromiso puede resultar complejo, considero que es un privilegio y un regalo de la vida. Muchas personas pierden a sus padres en edades más tempranas, y tener la oportunidad de cuidarlos en su vejez es valioso.
Es crucial tener claridad sobre las motivaciones detrás de cuidar a los padres adultos. La elección de asumir esta responsabilidad debe basarse en la conexión emocional y el agradecimiento eterno por lo que hicieron y dieron en el pasado.
Cuidar a los padres no debería ser un acto heroico ni una obligación. La conexión emocional y el sentido de gratitud son las bases. Además, es esencial recordar que para cuidar a otros, primero debemos cuidarnos a nosotros mismos. Mantener un equilibrio entre brindar apoyo y atender nuestras propias necesidades es fundamental para evitar sentirse abrumado.
Cuando la carga se vuelve excesiva, indica que te has descuidado en el proceso de cuidado. Encontrar un equilibrio implica establecer rutinas claras y comunicar límites a tu madre con cortesía pero firmeza. Reconocer tus posibilidades físicas, económicas y de tiempo es esencial.
Establecer límites claros y comunicar tus capacidades y limitaciones a tu madre es crucial. Aunque la ayuda es incondicional, es esencial reconocer que también tienes una vida propia y que necesitas tiempo para tus propias actividades.
Si a pesar de estos esfuerzos, te sientes abrumada, te sugiero dedicar tiempo para ti misma. Lectura, paseos y actividades personales pueden contribuir a recuperar tu estabilidad emocional. Además, compartir con tus hijos, amigos o buscar orientación profesional puede ser beneficioso.
Recuerda que cuidas porque eliges hacerlo, porque puedes y porque te brinda satisfacción. Mantener esta actitud facilitará la gestión de la sobrecarga emocional. Aprecia cada momento, ya que no todos tienen el privilegio de cuidar a sus padres mayores.
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