Es fácil criticar y juzgar al que traiciona y engaña pero… ¿Qué hay de los eventos que empujaron a la desesperación, la soledad y el perder la razón?
En un caso de infidelidad, nadie escapa de la culpa, complicidad y responsabilidad que esto tiene. No existe una única causa que invite a una persona salir en busca de aventura, venganza o consuelo.
Cuando se vive una crisis o una relación violenta o indiferente, es importante aceptar que todos son parte del rompecabezas de esta amarga situación. Cierto, uno de los dos es quien sale y traiciona, pero la otra persona que no se va tampoco queda libre de culpa. Ambos son cómplices al lastimar, ignorar, exigir, exagerar o evadir arreglar los problemas desde el primer momento en que estos surgieron.
Enfrentar y asumir la responsabilidad de que ambos participan activamente en la realidad que han creado es crucial para comprender y abordar este doloroso problema.
Más allá de la visión tradicional en la que hay una víctima y un villano cruel o traidor, es conveniente entender la infidelidad desde una perspectiva más amplia, donde se puede ver esta acción como una señal de que algo está faltando en la relación.
La infidelidad es un llamado de atención y una oportunidad para explorar y comprender la realidad que vive la pareja desde el punto de vista de las necesidades y deseos individuales.
La primera reacción que surge cuando ocurre una infidelidad es la sensación de que se ha perdido la confianza. Hay dolor, enojo, resentimiento y, sobre todo, una necesidad de encontrar culpables y hacer justicia. La persona que se siente traicionada no puede pensar con claridad ni quiere entender sus razones.
Sin embargo, al quedarse atrapado en cualquiera de estas reacciones, no se puede solucionar la raíz del verdadero problema y el motivo detrás de salir a buscar apoyo, atención o una aventura fuera del compromiso de la relación.
Dentro de los problemas comunes que motivan ser infiel pueden mencionar:
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Falta de intimidad y conexión emocional.
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Comunicación deteriorada.
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Sentimientos de baja autoestima o inseguridad.
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Necesidad de validación externa y búsqueda de atención para sentirse deseado o valorado.
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Dificultad para establecer límites o manejar la tentación.
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Historia de infidelidad o patrones repetitivos.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas o factores no justifican ni excusan ninguna infidelidad.
Cada individuo tiene la responsabilidad de tomar decisiones éticas y respetar el compromiso al tener una relación. Es crucial que cada persona asuma las consecuencias de sus acciones y tenga la valentía y el compromiso necesario para reparar, sanar y reconstruir la relación que ambos han deteriorado, sin importar quién haya transgredido más.
La infidelidad puede ser vista como una oportunidad para reiniciar la relación, pero esto requiere un profundo trabajo de introspección y un compromiso mutuo para reconstruir la confianza y revitalizar la conexión emocional que se ha perdido.
La receta
Responsabilidad en el matrimonio
Ingredientes:
- Responsabilidad – asumir las consecuencias de las acciones y las decisiones personales.
- Comunicación sincera – expresar claramente los sentimientos y opiniones.
- Compromiso – disposición y dedicación para nutrir y mantener la relación.
- Respeto – reconocer y aceptar las necesidades y limitaciones de ambos.
- Tiempo – dedicación, inversión en momentos, atenciones y detalles que fortalezcan la relación.
Afirmación personal para cuidar y nutrir la pareja
“Nos comprometemos a cultivar una conexión fuerte, a ser honestos el uno con el otro y a mantener una estabilidad emocional duradera. Juntos, construiremos un amor sólido y profundo que nos satisfaga plenamente, eliminando la necesidad de buscar fuera de nuestra relación. Estamos comprometidos con nuestro crecimiento mutuo, apoyándonos en cada paso del camino. Nuestra unión es un refugio seguro donde encontramos todo lo que necesitamos. Juntos, seremos una pareja fuerte, sana y feliz, superando cualquier obstáculo y creando un amor que perdurará para siempre.”
Cómo cuidar una relación:
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El compromiso debe de ser más que una promesa, es una acción diaria que se cultiva. Prestar atención a las necesidades emocionales, físicas y sexuales de tu pareja. Esfuérzate por satisfacerlas y estar presente en la vida diaria de tu pareja.
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La pasión, el amor y el cariño se renueva todos los días. Hay que estar presentes en los momentos difíciles y brindar apoyo emocional y afectivo cuando sea necesario, nada es definitivo hay que recrear el amor siempre.
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Los problemas no se crean solos y no se resuelven ignorándolos. Hay que buscar soluciones mutuamente satisfactorias que eviten la escalada de discusiones negativas, escuchar las opiniones, valorar las ideas y respetar los límites y decisiones de cada uno.
“El matrimonio es la fuerza que transforma la soledad en compañía, los momentos fáciles en alegría compartida y los desafíos en un apoyo inquebrantable. Juntos, la vida se vuelve más significativa y cada instante se vuelve más valioso.”*Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2023 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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