Me separé de mi marido y un día de pronto me dijo que había metido la demanda de divorcio. De momento no lo capté y no lo registré, platicando con mi hermana me cayo el veinte y pensé una estrategia para actuar. Me sentí tranquila pero de repente, me llene de ira y le marque provocando una discusión innecesaria y de alguna forma entorpeciendo la estrategia que ya había planeado. No entiendo por qué de repente me da por actuar y no pienso y no resisto la necesidad de hablar, preguntar y hasta iniciar una discusión innecesaria.

Becky responde

Quiero reconocer la valentía que muestras al compartir tu experiencia con nosotros. Las emociones que surgen durante un proceso de divorcio pueden ser abrumadoras y, a menudo, contradictorias. Es completamente natural sentir un torrente de emociones, incluida la ira, en momentos como este.

Recuerda que la ira es una emoción poderosa y, a veces, puede nublar nuestro juicio. Sin embargo, también es una señal de que algo en ti está en proceso de cambio y sanación. A veces, cuando enfrentamos situaciones difíciles, nos vemos impulsados a actuar de manera impulsiva. Es importante recordar que esto es parte del ser humano.

Ahora que has tomado conciencia de cómo la ira puede influir en tus acciones, puedes utilizar esta conciencia para tomar decisiones más conscientes en el futuro. La estrategia que habías planeado es un paso importante hacia tu bienestar emocional y tu futuro. No dejes que un momento de ira te desvíe de tu camino.

El proceso de separación y divorcio es un viaje emocional desafiante, pero también puede ser una oportunidad para un nuevo comienzo y un crecimiento personal. A medida que avanzas, te animo a seguir confiando en tu estrategia, buscar apoyo en amigos, familiares o un profesional de la salud mental si lo necesitas, y recordar que tienes la fuerza interior para superar este desafío y construir una vida llena de satisfacción y felicidad.

Recuerda, cada paso que tomas te acerca un poco más a la paz interior y a la realización personal.

Controlar la ira y evitar explotar es un desafío, pero es posible con práctica y paciencia.

Consejos para ayudarte a manejar la ira de manera efectiva:

1. El primer paso es ser consciente de cuándo la ira comienza a surgir. Presta atención a las señales físicas, como el aumento de la frecuencia cardíaca o la tensión muscular, y las señales emocionales, como la frustración o el enojo. Cuanto antes identifiques la ira, más fácil será controlarla.
2. Cuando sientas que la ira está aumentando, toma respiraciones profundas y lentas. Esto puede ayudarte a calmarte y a ganar tiempo para pensar antes de reaccionar impulsivamente.
3. Intenta distanciarte emocionalmente de la situación que te está provocando ira. Puedes hacerlo visualizando una escena relajante o repitiendo una palabra o frase calmante en tu mente.
4. En lugar de explotar en un arrebato de ira, intenta expresar tus sentimientos de manera asertiva y tranquila. Usa “yo” en lugar de “tú” para evitar culpar a los demás. Por ejemplo, en lugar de decir “Tú siempre haces esto”, puedes decir “Me siento frustrado cuando esto sucede”.
5. Escuchar a la otra persona con atención plena puede ayudarte a comprender mejor la situación y reducir la ira. A veces, la ira surge debido a malentendidos o falta de comunicación.
6. Si sientes que estás a punto de explotar, considera tomarte un tiempo fuera de la situación. Sal de la habitación, da un paseo corto o simplemente cierra los ojos durante unos minutos. Esto puede ayudarte a recuperar la calma antes de abordar el problema nuevamente.
7. La actividad física regular puede ser una excelente manera de liberar tensiones y reducir la ira acumulada. Considera incorporar ejercicio en tu rutina diaria.
8. Si la ira es un problema persistente en tu vida, considera buscar la ayuda de un terapeuta o consejero. Pueden ayudarte a identificar las causas subyacentes de tu ira y desarrollar estrategias efectivas para manejarla.
9. El yoga, la meditación y la atención plena son prácticas efectivas para reducir la ira y aumentar la autoconciencia. Dedica tiempo a estas actividades para fortalecer tu capacidad de manejar la ira.
10. Después de experimentar un episodio de ira, reflexiona sobre lo que sucedió y por qué reaccionaste de esa manera. Esto te ayudará a comprender tus desencadenantes y a desarrollar estrategias para evitar futuras explosiones de ira.

Recuerda que controlar la ira es un proceso gradual y que a veces puedes necesitar la ayuda de un profesional para abordar problemas más profundos. Lo más importante es reconocer tu ira, buscar formas saludables de manejar y trabajar hacia una comunicación y expresión emocional más efectiva.