Mis hijas me odian…

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Me divorcié hace muchos años porque nunca me sentí querida por mi esposo. Él siempre le dio más lugar a su madre que a mí y nunca fue un hombre cariñoso ni detallista conmigo. Así que un día decidí dejarlo y llevarme a mis hijas. Las cuide, crie y eduque como entendí. Trabajé y me volví una mujer independiente siempre en busca de amor. Mis hijas dicen que salí con hombres que no eran suficientemente buenos y que no les hice mucho caso. Yo sentí que hice lo mejor por mi y para ellas. Su padre es un señor muy adinerado y tiene una relación con una mujer desde hace mucho tiempo. Ahora para mis hijas yo soy la villana y mi ex marido es el pobrecito y bueno de esta historia. Estoy muy triste y no sé cómo manejar la relación con mis hijas.  ¿Me puedes ayudar?

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Lamento escuchar que estás atravesando un momento difícil en tu relación con tus hijas. Tristemente cuando uno es joven y no tiene una buena guía comete errores, muchos de ellos con consecuencias muy fuertes sobre todo a largo plazo.

 

No creo que tus hijas te odien. Más bien, creo que, ahora que han crecido, pueden estar experimentando emociones que quizás nunca expresaron y se sienten inseguras sobre cómo hacerlo de manera natural sin herirte. Permíteles expresar sus sentimientos y trata de no tomarlo como un ataque personal. Tal vez, al darles espacio para expresarse, podrías iniciar una relación más saludable.

 

Creo que lo más valioso en este momento es que reconozcas y aceptes que hiciste lo mejor que pudiste con los recursos y el conocimiento que tenías en ese momento. Esto de ninguna manera te define como una persona mala ni implica que tomaste decisiones con la intención de lastimar a tus hijas.

 

Es comprensible que el camino y las consecuencias de esas decisiones hayan resultado un tanto más desafiantes de lo anticipado, y es probable que las cosas no se hayan desarrollado como esperabas. Sin embargo, eso es parte de la complejidad de la vida.

 

Entender y justificar las elecciones hechas hace muchos años podría no ser productivo, ya que ni eres la mujer que eras en ese momento ni ves la vida con los mismos ojos hoy. En cambio, lo más beneficioso sería reconocer y aceptar que tus hijas tienen sus propios sentimientos, y es esencial respetarlos.

 

Por otro lado, es imperativo que trabajes en la reconstrucción de la relación con ellas, sin culparte ni compararte con tu ex esposo. Es fundamental recordar que él tampoco es el santo y rey que tus hijas pueden percibir, y todos somos seres humanos con nuestras propias imperfecciones. Enfocarte en construir puentes en lugar de señalar culpas puede ser el camino hacia una relación más saludable y comprensiva.

 

Aquí hay algunas sugerencias para manejar la situación:

 

  1. Comunicación Abierta:

Expresarles tus sentimientos y escucha sus perspectivas sin juzgar. Entender sus puntos de vista puede ser el primer paso hacia la reconciliación.

 

  1. Empatía y Comprensión:

Trata de entender las experiencias y emociones de tus hijas. Reconoce que cada persona percibe las situaciones de manera diferente y que sus sentimientos son válidos, incluso si difieren de los tuyos.

 

  1. Explica tus Decisiones:

Comparte tus razones para tomar decisiones importantes en el pasado. Explica por qué decidiste divorciarte y cómo buscaste independencia. La transparencia puede ayudar a aclarar malentendidos.

 

  1. Reconoce Errores y Aprendizaje:

Si es apropiado, reconoce cualquier error que puedas haber cometido en el pasado. Indica cómo has aprendido y crecido a lo largo de los años. La autenticidad puede fortalecer la conexión.

 

  1. Enfócate en el Presente:

Evita quedarte atrapada en resentimientos pasados. Enfócate en construir una relación sólida en el presente y el futuro.

 

  1. Sé Paciente:

Cambiar percepciones y reconstruir relaciones lleva tiempo. Sé paciente y permítete a ti misma y a tus hijas el espacio necesario para sanar.

 

  1. Consulta la Ayuda de un Profesional:

Considera la posibilidad de buscar la ayuda de un profesional, como un terapeuta familiar. Un mediador externo puede facilitar la comunicación y proporcionar herramientas para abordar conflictos.

 

  1. Fomenta el Respeto Mutuo:

Promueve el respeto mutuo en la familia. Anima a tus hijas a comprender que cada persona tiene su propia verdad y que el respeto es esencial para mantener relaciones saludables.

 

  1. Cuida tu Bienestar Emocional:

Prioriza tu bienestar emocional. Si es necesario, busca apoyo de amigos, familiares o profesionales para ayudarte a procesar tus emociones.

 

Recuerda que la construcción y reconstrucción de relaciones lleva tiempo y esfuerzo de ambas partes. Mantén la esperanza y la paciencia mientras trabajas en fortalecer tu conexión con tus hijas.

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AUTOR

Becky Krinsky

Life Coach comprometida al bienestar y la superacion personal. Autora y ganadora de premios por sus libros de auto transformacion Latin Book award. Conferencista y prestigiosa columnista internacional. Con su famosa columna Recetas para la Vida©. Ganadora varios premios de excelencia en periodismo del San Diego Journal y galardonada con altos premios por sus columnas, su sitio y su inspiracion a la comunidad hispana en el mundo.

Todos los relatos por: Becky Krinsky

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