Reconozco que los conflictos son incómodos y algunas veces desagradables pero son necesarios para mejorar mis relaciones dañadas. Puedo escuchar sin condenar y hablar sin lastimar. Acepto que es necesario tener la razón para ganar la discusión. Tengo el valor y la apertura para afrontar los conflictos con responsabilidad, comunicación clara y empática. Fomento la confianza y el respeto mutuo. Soy tolerante y mantengo el  compromiso para encontrar soluciones efectivas y mejorar las relaciones que se dañaron.