Uno solo es responsable por lo que dice, no por lo que otros escuchan o quieren entender.
Las palabras pueden ser claras y precisas cuando uno las expresa pero… el momento que otro las escucha, las puede distorsionar porque en realidad se escucha lo que le conviene, lo que le interesa o se le hace más lógico desde su propia perspectiva.
La mayoría de los malentendidos suceden porque las personas, se quedan atoradas en el tránsito de las palabras. La comunicación efectiva tiene que tener un énfasis mayor en el aprender a escuchar con claridad para poder entender lo que en realidad la otra persona intenta decir.
La ruta de las palabras se inicia con las ideas que se generan en la mente de la persona que desea expresar su forma de pensar. Se transmiten por la boca y llegan a los oídos de los otros.
El proceso se escucha sencillo y muy claro, sin embargo se complica porque generalmente lo que se escucha toma un tono más complicado ya que los mensajes recibidos se entrelazan con la interpretación y percepción de la persona que escucha los mensajes.
En realidad las palabras solo se escuchan cuando la voz interior las reviste con sus propios sentimientos, las expectativas y/o necesidades, tornando los mensajes en ideas o suposiciones en verdades muchas veces falsas o incorrectas.
Como resultado, la mente elige el mensaje que le acomode mejor.
En ocasiones, el diálogo interno no tiene nada que ver con la intención o con las palabras que se escuchan. Así,lo que se dice y lo que se escucha puede variar de persona a persona ya que el mensaje se asocia con intereses, intenciones y hasta con el estado de ánimo personal de la persona que escucha las palabras.
“Cada palabra forma un mensaje distinto dependiendo de la persona y la situación en que se le escucha”
Lo que para una persona es obvio y queda clarísimo, para otra es más que dudoso y oscuro. Frases como “te lo dije” “Ya lo habíamos hablado” “Yo nunca quise decir eso” “¿Cómo no entendiste que ya habíamos terminado con ese tema?” “yo pensé que estaba clarísimo” etc… son simples ejemplos de cómo la mente no estructura los mensajes que recibe de la manera que uno supone.
Como tratar de evitar crear malentendidos:
- No dudes en preguntar para asegurarte de que has entendido el mensaje de tu interlocutor. …
- Reflexiona sobre cómo puede ser recibido tu mensaje y adáptalo para que se ajuste a tu interlocutor. …
- Ten en cuenta las diferencias culturales o el sistema de valores de nuestro interlocutor.
Una consideración importante para no tener tantos malentendidos:
No se debe presuponer que el mensaje esta entendido sin que se aclare y confirme que ambas partes entendieron lo mismo.Para comprobar que tu mensaje ha sido entendido correctamente, utiliza preguntas abiertas que comienzan con “cómo”, “por qué” o “qué”. Estas preguntas estimulan la reflexión y estimulan la comunicación.
Una comunicación clara es la base de una vida armoniosa y relaciones eficientes.
La receta
Poder de la palabra
Ingredientes:
- Conciencia – reconocer la importancia de las palabras y actuar con responsabilidad.
- Respeto y amabilidad – ser cordial y paciente para evitar resistencias y defensas incómodas.
- Claridad – pensar antes de hablar. Tener tolerancia a nuevas ideas y distintos puntos de vista.
- Atención atenta – tener la disposición para escuchar con la intención de entender no de imponer
- Ojo noble y real – evitar las falsas expectativas o los intereses que impiden ver la realidad.
Afirmación Personal para hablar con claridad
Soy responsable por las palabras que digo, por lo tanto me expreso con claridad y evitar las suposiciones. Cuido mi tono, mi forma de hablar y los gestos que tengo al hablar. Reconozco que mis pensamientos son claros para mi pero si los quiero expresar tengo que hablar con mayor claridad y utilizar detalles específicos y expresiones concretas y completas. Reconozco el poder de las palabras y trato de evitar los malentendidos que me impiden comunicarse con eficiencia y claridad.
Mejorando la calidad de mis Palabras.
1. Una palabra bien utilizada, conecta a las personas y promueve el bienestar. No hay distancia ni mal entendido que no se aclare cuando se utiliza el vocabulario adecuado, claro y con buenas intenciones.
2. La sencillez y la claridad son ingredientes fundamentales para tener una comunicación eficiente. Si uno no puede explicar en forma sencilla es porque el mismo no se ha tomado el tiempo para entender lo que quiere comunicar.
3. El escuchar para entender sin tener la necesidad de imponer o justificar su percepción. Tener apertura para escuchar activamente y con la intención genuina de entender lo que se está comunicando permite disolver los malentendidos que las suposiciones y las falsas expectativas pueden crear.
“Escuchar con el corazón abierto, no con una mente despejada y curiosa.” *Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2023 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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