A pesar de que he tomado la decisión de dejar de emborracharse y dejar de tomar alcohol, esta parece ser una acción muy difícil, veo a mis amigos tomar y divertirme y pues yo me tengo que abstener. De repente mi esposa quiere tomar un trago y pues yo no la acompaño pero la verdad si quisiera. Hay días que es más fácil, pero hay días que es casi una batalla a nivel espacial ya que no puedo con la tentación. Entiendo que cuando tomo no puedo parar y me llego a poner en un estado de ebriedad que dejó de estar presente. Me recuerdo de mi padre y de mi abuelo como se convierten en locos agresivos y como gritaban y nos pegaban a todos y entiendo que eso no es el ejemplo  que quiero para mis hijos. Pero igual hay veces que simplemente no puedo y vuelvo a tomar un par de cervezas o una que otra copa de tequila. Cuando eso pasa me vuelvo a sentir como una persona tonta que simplemente no puede con las cosas que se propone y me siento como un perdedor, me frustro y me siento muy mal. Que puedo hacer?

Respuesta

Te felicito sinceramente por la decisión de dejar el alcohol. Este paso muestra tu fortaleza y tu amor propio, y eres realmente valiente al elegir este camino hacia una vida mejor.

Dejar un hábito como el consumo de alcohol es un proceso complejo que toma tiempo, y es normal que encuentres obstáculos en el camino. Cambiar cualquier hábito –ya sea con la comida, el gasto, o el alcohol– es un desafío, y no debes castigarte si sientes que flaqueas en algún momento. La clave está en que te enfoques en tus logros, no en tus caídas.

Es importante entender que los términos como “todo o nada”, “nunca o siempre” no aplican en el proceso de cambio. Ser más compasivo contigo mismo te ayudará a seguir adelante con más fuerza. La mentalidad rígida solo genera más ansiedad y dificulta el progreso. Al contrario, avanzar en pasos pequeños, celebrar los logros intermedios y establecer metas alcanzables son estrategias que pueden hacer que el proceso sea menos retador y con mayores posibilidades de éxito.

A veces, en lugar de enfocarte en las veces que caíste, te invito a reflexionar sobre todas las ocasiones en que has hecho lo correcto y has elegido bien. Haz una lista de tus logros y recuerda el esfuerzo que pones cada día por mejorar. Las caídas no son fracasos, son oportunidades para aprender y fortalecerte.

Recomendaciones para mantenerte enfocado y con buen ánimo:

1. Concéntrate en lo positivo: En lugar de enfocarte en las veces que has fallado, recuerda tus éxitos, por pequeños que parezcan. Cada victoria te fortalece y muestra tu capacidad de romper con patrones poco saludables y mantener tu bienestar en primer lugar.

2. Enfócate en lo que has logrado y en el bienestar que sientes cada vez que te mantienes firme en tu decisión.

3. No te compares con otros, ya que cada persona tiene sus propios retos y lo que haces es algo valioso para ti. Las personas que beben alrededor de ti pueden no tener los mismos objetivos ni los mismos desafíos. Recuerda que tu decisión es personal y que estás eligiendo lo mejor para ti.

4. Cada día es una nueva oportunidad; lo que ocurrió ayer no determina tu futuro.Cada día es una nueva oportunidad para reafirmar tu decisión. No te castigues por lo que ocurrió ayer ni te sobre confíes en el mañana. Esta es una batalla que se gana día a día.

5. Establece metas cortas y alcanzables: Pequeños pasos te permitirán mantener una rutina sólida y hacer del proceso algo menos abrumador. Cada objetivo alcanzado, por pequeño que sea, es una muestra de tu fuerza.

6. Busca apoyo cuando lo necesites; hablar con otros puede darte el ánimo extra que a veces falta. Buscar apoyo es una fortaleza, no una debilidad. Hablar con personas que te comprendan o te motiven puede marcar una gran diferencia en tu camino.

7. Perdónate y sigue adelante: Si un día caes, levántate al siguiente. Cada recaída es solo un tropiezo, no el final del camino. La recuperación y el cambio llevan tiempo y paciencia.Perdónate y sigue adelante. Habrá días difíciles, pero cada esfuerzo vale la pena.

Recuerda: el cambio es un camino con altibajos, y cada paso hacia adelante, por pequeño que sea, es un logro. Estás cuidándote a ti mismo y también a las personas que te rodean. ¡Sigue adelante, que cada día cuenta!