Reconozco y acepto mi responsabilidad de cuidar, proteger y sanar mis relaciones cuando se fracturan. Soy consciente de que, para reconstruir una relación dañada, es necesario ser transparente y actuar con compasión. Tengo la fortaleza para sanar las heridas que ambos hemos causado, sin culpar ni justificar a nadie. Yo soy quien soy, mi pareja es quien es, y juntos podemos crear una tercera entidad en la que ambos nos sintamos seguros, felices y apoyados mutuamente.