Desde mi experiencia con la depresión, renazco con una fuerza interior renovada. Acepto las pérdidas que he enfrentado y rescato lo mejor que han dejado en mí. Encuentro mi luz interior para iluminar la oscuridad que siento. Estoy decidido/a a avanzar, superar y, si es necesario, transformarme. Camino con confianza hacia un mañana rebosante de esperanza y alegría. Soy un sobreviviente, y mi historia es una constante narración de resurgimiento.