Cuido, nutro y protejo mis pensamientos. Tengo el poder de editar, cambiar y transformar cualquier idea que llegue a mi mente. Mis pensamientos son herramientas que me permiten ver y entender el mundo, no una condena perpetua ni una ley irrefutable. Tengo la libertad y el poder para pensar lo que yo quiera, ya que mi mente es mía y todo lo que contiene me pertenece. Me enfoco en ideas positivas, creativas y constructivas para tener paz en mi mente.