Tengo una joven de 15 años, cuando me meti a sus redes sociales me encontré con la sorpresa de que estaba en una fiesta y ella y todos sus amigos estaban fumando droga. La verdad me espante mucho porque ella nunca había hecho nada que me hiciera pensar que estaba en estos caminos. Me divorcié hace un tiempo y desde entonces sus calificaciones, sus comportamientos y la relación conmigo se han deteriorado mucho. No se que hacer.
Becky responde
Entiendo el malestar que pasaste cuando viste las fotografías de tu hija con malas compañías y haciendo cosas que nunca había hecho.
Es importante entender que tu hija está pasando por momentos difíciles y la edad que tiene es muy susceptible. Es muy fácil que se pueda confundir y tomar malas decisiones ya que los consejos y la presión social a esta edad es muy fuerte.
El divorcio ella lo puede vivir como un abandono, una pérdida de su familia y puede estar muy enojada con ustedes sus padres. A pesar de que ella no es culpable del divorcio, ella lo toma como un problema personal. Lo cual entendemos y respetamos su duelo y su enojo.
Las malas calificaciones son un reflejo de su desinterés y de la lucha con todos los sentimientos que tiene dentro de ella.
Te recomiendo no te espantes, no le grites, no le des sermones.Recuerda que lo más importante es encontrar un puente para que te puedas comunicar y que tu hija se sienta querida.
¿Cómo hablar con mi hija adolescente de temas difíciles?
Los temas complicados se tienen que hablar en tono calmado. En un ambiente tranquilo y nunca con enojo en el alma.
Es importante entender que el punto más importante de la conversación es el escuchar y entender el punto de vista del otro. No se trata de tener la razón o de descubrir a un culpable. Lo que se busca es reconocer que tu hija se quiere sentir querida, respetada, ocupa límites y al mismo tiempo quiere espacio para crecer.
- Consejos para hablar con tu hijo adolescente
- Los adolescentes no son niños crecidos son adolescentes, requieren que se les hable con palabras más claras y sin hacerlos de menos.
- Hablar en forma de no confrontar, sin utilizar reproches, acusaciones o culpabilidades.
- Escuchar activamente, antes de regañar o suponer es importante intentar comprender su punto de vista.
- Recordar que se busca entablar una conversación por lo que hay que respirar profundo y mantener la calma aun cuando uno se sienta atacado o ignorado.
- Reconocer que en ocasiones es difícil que los jóvenes quieran hablar cuando se les pide, no se debe forzar la plática, darles su espacio pero establecer límites y no permitir la falta de respeto.
- Hablar de consecuencias, no de castigos, es decir que sus acciones tienen repercusiones pero no castigar para reprenderlos y demostrar quien es la autoridad
- Recordar que la adolescencia se supera, es una época difícil para unos y silenciosa para otros. Hay que respetar sus tiempos y ofrecerles seguridad, confianza y sobre todo que se sientan queridos.
- Recordar que las groserías, quejas, mal humores son parte de crecer y de quererse independizar. No es personal.
Dejar una Respuesta