Hay que vivir cada día al máximo
En tan solo un minuto se puede cambiar el destino de la vida
Nadie tiene la vida asegurada, no es eterna y es frágil. Sin embargo, en general, uno vive como si la vida fuese eterna, siempre hay planes pendientes, proyectos que desarrollar, lugares que conocer, hijos y nietos que ver crecer…. ¿Qué se le puede decir a una persona que recibe repentinamente la terrible noticia de que su vida ha llegado a un fin, que tiene una enfermedad terminal, que con suerte podrá vivir un par de meses o años más? De repente se le apagó la luz de su vida, sin explicación, sin piedad, sin esperanza. ¡Qué dolor, qué pena!
La vida no es un platillo grande y espectacular, sino, al contrario, es la suma de todos los pequeños ingredientes, detalles y acciones que realizamos diariamente donde cada quien decide como los quiere y puede aprovechar
Lina llevaba un tiempo sintiéndose mareada y creyó que sería por cansancio o por el estrés. Al ver que su estado no mejoraba decidió ir al médico, el cual le aseguró que no tenía nada. Sin embargo el tiempo pasaba y ella no sentía mejoría, así que decidió consultar con otro doctor el cual tampoco le encontró nada. Lina preocupada por su cansancio y malestar insistió y buscó una tercera opinión. Cuando el médico la revisó no se quedó tranquilo con lo que vio, por lo que le pidió que se internara en el hospital para que le pudieran hacer algunos estudios mías especializados. Dos días más tarde, Lina recibió el diagnóstico: “cáncer”. En un segundo sintió que la vida se le fue de las manos. Se terminaron sus planes, sus ilusiones y su tiempo. Lo que comenzó como un pequeño malestar se transformó en una sentencia mortal.
Su esposo fiel compañero de toda su vida, se encuentra completamente desecho, sus hijos no tienen consuelo, sus nueras, sus nietos y el resto de la familia y amigos se encuentran acongojados, sin palabras que decir, esperando un milagro, una cura mágica que impida que la enfermedad le robe la vida.
Lina siempre fue una buena mujer, nunca le gustaron los problemas ni las confrontaciones. Vivía su vida en paz, era una buena esposa, madre y amiga. Siempre tenía sueños y expectativas que las iba posponiendo para el futuro, para cuando tuviera más tiempo disponible. Y ahora, todos estos proyectos quedarían sin realizarse, derrumbados en un instante.
La vida es un regalo que no sabemos cuanto tiempo nos dura, por lo que es mejor aprovecharla al máximo mientras podemos, nunca se sabe cuando es demasiado tarde.
La Receta
Viviendo cada día
INGREDIENTES
- 2 tazas de Presencia –
- 1 taza de Valor – Fortaleza no dejar palabras sin decir, sentimientos sin explicar
- 1 manojo de Goce – Alegria deleite y gozo por cada momento que se tiene
- 2 cucharadas de Gratitud – reconocimiento y agradecimiento de todo lo que se tiene
- 5 gotas de Sentido de la vida – Visualizar la misión sentir el llamado personal
- 1 rebanada de Dignidad – reconocer que uno es un ser único, importante
- Fe al gusto- confienza de que todo es por una buena rasón
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
Recueda la vida se pasa muy rápido, aprovecha cada minuto que vives. No esperes a que la vida se termine, di y haz lo que sientes, no creas que los otros saben lo que piensas.
MODO DE PREPARACIÓN
- La vida es un regalo que hay que valorar todos los días. Recordar que lo más importante es precisamente lo que se hace en el momento. Hay que estar presente y aprovechar al máximo cada minuto, sin reservas ni pretextos.
- Hay que seguir viviendo hasta el final. Un decreto o un diagnóstico no deben impedir luchar con toda el alma hasta el último momento. Es importante tener fe, valor y mucho empeño. Después de todo, el cocinero no puede saber ni decidir cuando es la última vez que puede cocinar en la gran cocina de la vida.
- La dignidad, el valor y el cariño son ingredientes esenciales. Nadie puede asegurar cuando y como se va a terminar la vida, sin embargo cada quien puede asegurarse de cómo quiere vivir y como quiere que se le recuerde.
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