Estoy desesperado porque tengo un hijo de 20 años que no trabaja y no estudia. Todo el día está en su habitación y lo único que hace es jugar con su computadora. Yo no hablo mucho de él porque no le gusta salir a platicar. Cuando le pido favores me los hace, pero no se ofrece para ayudar en la casa ni tiene intenciones de estudiar o trabajar. Yo feliz le pago sus estudios, a pesar de que es una persona muy inteligente siento que él no quiere hacer nada de su vida. No sé que puedo hacer. Como lo ayudo si no permite que nadie se le acerque.
Becky responde
Si crees que tu hijo tiene este problema, lo mejor que puedes hacer es afrontarlo directamente. Pero tienes que tratar el tema con cuidado sin criticarlo o reprocharle sus comportamientos sino expresarle tu interés y tu preocupación por su bienestar, hay que pensar en esto como una enfermedad y tratarlo como una condición seria. Hay que ayudarlo con mucha diligencia, ya que su mente y su adicción ocupan ayuda profesional. NO va a parar solo porque lo pidas.
Platica con sinceridad y comparte tu preocupación sin juzgarlo o tratar de que el deje su vicio solo. Esta adicción es una enfermedad y las consecuencias le afectan directamente a su salud.
Motívalo e invítalo a quien quiera ayudar. Ayúdale a identificar el daño que los videojuegos le están haciendo y las cosas que está perdiendo por esa dependencia.
La adicción a los videojuegos está reconocida por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad. Se trata de una dependencia no tóxica, es decir sin sustancia, pero con las mismas características de una conducta adictiva.
Dentro de las características comunes se encuentran:
· No hay límites ni horarios para ellos.
· Sus relaciones se limitan cada vez más al mundo virtual. De ahí, el aislamiento social.
· Muestran gran dificultad en parar la conducta. Esto hace que descuiden su aseo personal o alimentación.
· Les cambia el carácter. Estar obsesionado y la excesiva dedicación cansa. La adicción les está pasando factura a nivel psicológico.
· Aparecen síntomas de malestar general si no pueden jugar o llevan un tiempo sin hacerlo: irritabilidad, ansiedad, nerviosismo, cambios de humor bruscos, dolor de cabeza, etc.
· Manipulan y mienten para quedarse jugando y no ir a la escuela o no cumplir con sus responsabilidades.
· El abuso de las pantallas tiene además muchos riesgos asociados. Provoca contracturas, dolores de cuerpo, molestias en las cervicales, mareos, problemas de visión y otros.
· Aumenta el rechazo de la familia y las discusiones. Afecta a todas sus relaciones.
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