Tengo un problema con mis hijos adolescentes. Yo trabajo mucho para mantenerla casa y hay veces que no estoy en casa cuando ellos llegan de la escuela. Tienen un videojuego que juegan con él todo el día después de llegar de la escuela. Cuando les digo que es hora de dormir se hacen los graciosos y pretenden que se duerman y cuando yo me subo a mi recamara ellos se bajan y se quedan jugando hasta la madrugada, acto seguido cuando los despierto para ir a la escuela están cansados y les es imposible despertarse. De por si no tienen buenas calificaciones y con el juego menos estudian.
Becky responde
Pareciera que la solución más sencilla sería eliminar los videojuegos de tu casa y considerar el problema resuelto. No obstante, la situación es más compleja de lo que parece a primera vista. Las razones subyacentes incluyen la falta de disciplina, el recurso a la mentira, la ausencia de control y la necesidad de establecer límites, entre otras cuestiones.
Estos temas son delicados, ya que lo que puede empezar como una mentira inofensiva relacionada con un juego, podría evolucionar hacia situaciones más serias con consecuencias legales, así como impactos en la salud y el bienestar de tus hijos.
Es fundamental poner fin a las mentiras y establecer consecuencias claras. Te recomendaría buscar ayuda para establecer reglas concretas y límites bien definidos.
Comprendo que, si no estás en casa debido al trabajo y no hay un adulto responsable para supervisar a tus hijos, la situación se complica. Por ello, considero que establecer reglas claras y contar con una figura de supervisión es crucial para abordar este problema antes de que se agrave.
La prioridad debería ser la educación, especialmente si están en niveles básicos como secundaria o preparatoria. Si las calificaciones no son satisfactorias, creo que no hay razón para recompensar a los jóvenes con un videojuego.
En este contexto, sugiero clarificar las obligaciones y responsabilidades, retirar los videojuegos temporalmente y, a medida que mejoren sus calificaciones, negociar los tiempos y condiciones para reintroducir el juego.
Para mejorar el comportamiento de tus hijos que que dejen de mentir:
-
Establecer Expectativas Claras:
Comunica claramente las expectativas en cuanto a la honestidad. Hazles saber que la confianza es fundamental en la familia y que las mentiras tienen consecuencias.
-
Diálogo Abierto y Empático:
Fomenta un ambiente en el que los hijos se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y preocupaciones. Escucha sin juzgar para entender sus motivaciones detrás de las mentiras.
-
Reforzar la Importancia de la Honestidad:
Educa sobre el valor de ser honesto y cómo esto contribuye a construir relaciones saludables. Destaca casos en los que la honestidad ha tenido resultados positivos.
-
Consecuencias Claras y Coherentes:
Establecer consecuencias claras y proporcionales a las mentiras. Asegúrate de que sean consistentes para que los hijos comprendan las repercusiones de sus acciones.
-
Supervisión Responsable:
Cuando no puedas estar presente, asegúrate de que haya una supervisión adecuada por parte de un adulto de confianza. Esto puede ayudar a prevenir situaciones en las que los hijos sientan que pueden mentir sin consecuencias.
-
Involucrar a Profesionales:
Si el problema persiste, considera la posibilidad de involucrar a profesionales como consejeros o psicólogos que puedan ayudar a explorar las razones detrás de las mentiras y ofrecer estrategias para abordarlas.
-
Promover la Responsabilidad:
Fomenta la responsabilidad al asignar tareas y deberes. Esto les enseñará sobre la importancia de cumplir con sus compromisos y podría reducir la tentación de mentir para evitar responsabilidades.
-
Recompensar la Honestidad:
Refuerza positivamente la honestidad al elogiar y recompensar a tus hijos cuando elijan ser sinceros, incluso si la verdad es difícil de aceptar.
Recuerda que cada situación es única, y es importante adaptar estas sugerencias según las circunstancias específicas de la familia.
Deja un Comentario