Las personas me dicen que siempre estoy de mal humor, pero a mi no me parece que sea así. Sin embargo, hay veces que me doy cuenta de que he estado molesta por mucho tiempo y no sé por qué.
¿Qué puedo hacer? Creo que afecta mi relación de pareja y mi relación con mis hijos.
El mal humor al igual que el buen humor son hábitos que uno adquiere en forma natural los cuales marcan el tipo de comportamiento que cada uno desarrolla. Sin pensar, uno se comporta en forma automática y con el tiempo, uno se acostumbra a actuar. Si no enfoca su atención en cada interacción difícilmente se puede dar cuenta cómo uno reacciona cuando interactúa. La forma de ser es una rutina integrada a la vida diaria.
Cuando se actúa en forma positiva, uno se convierte en una bendición, se crea un ambiente agradable, sano y de alguna manera facilita que todo fluya sin crear conflicto o drama.
El problema surge cuando permites que el mal humor se apodere de tu forma de actuar. El mal humor crea tensiones con las personas que te rodean. El mal humor predispone negativamente a las reacciones. El mal humor se contagia e intoxica. El mal humor impide que la persona tenga buenas relaciones, bloquea oportunidades y finalmente afecta al carácter.
Seguro que tienes tanto tiempo actuando como lo haces que ya no reconoces que siempre estas de mal humor. De hecho, solo mencionas que de repente te das cuenta de que estás molesta y ni siquiera sabes por que…
Una buena manera de entender qué haces, cómo actúas y que humor tienes sería comenzar a poner más atención a cómo está tu cuerpo; fíjate si te sientes tensionada, si tu quijada está cerrada, si frunces las cejas a menudo. También puedes comenzar a notar cuántas veces al día sonríes y cuantas veces te quejas. Concéntrate en ver si agradecer y saludar con amabilidad o solo te quejas, buscas equivocaciones y errores de los demás.
Tu puedes mejorar las interacciones con tu esposo, tus hijos, tus amigos y las personas con las que trabajas. Todo radica en que dejes de actuar automáticamente, Toma unos segundos antes de contestar y respira profundo recordando, nadie tiene la culpa de mis problemas. Puedo y quiero ser amable. Cuido mi estado de ánimo,
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