Cada vez que estoy contenta y emocionada porque tengo un proyecto nuevo o porque me despierto temprano y tengo más energía que siempre, mi esposo me nulifica diciendo que nada de lo que hago lo termino. Que no importa cómo me siento hoy, que igual siempre llego tarde a todas partes y quedo mal con todos. Me frustro y me enojo porque siento que no me ayuda a que me pueda superar.
Es muy desgastante cuando la persona más cercana no te hace sentir apoyada ni te motiva a que puedas lograr lo que te propones. Sin embargo… Él o cualquier persona que están cerca de ti, no pueden ser responsables de la forma como te sientes y actúas.
Lo que haces, piensas y elijes como actuar por tus propios principios. No le puedes echar la culpa a otros por lo que haces o dejas de hacer. Es cómodo o más fácil decir que mi esposo no me apoya… Mi madre me critica… Mi jefe no me valora… Sin embargo, cada uno tiene que ser consciente de que la responsabilidad de hacer las cosas y terminar con lo que uno se propone es una acción personal. No depende del apruebo o de la motivación de los demás.
Claro que estaría increíble sentir el apoyo y saber que uno es valorado por lo que realiza, pero eso es solo un complemento a lo que es realmente importante. Uno hace lo que necesita porque es uno el que busca su propia satisfacción y su propio bienestar.
Hay que liberarse del que dirán. Hay que dejar a un lado las opiniones de los demás y aprender a tomar las decisiones correctas basadas en el bienestar personal. Tener claridad emocional libera del sentimiento y de la sensación de ser juzgados y maltratados.
El amor propio y el respeto personal fortalece al alma y mejora la autoestima. No escuches lo que te lastima o te limita.
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