Me es muy difícil iniciar actividades que tengo que hacer a pesar de que sé que son buenas para mí. No tengo motivación, reconozco que hay cosas que debería de hacer como ir al gym, comer sano y cuidar mejor a mi persona. Se que todo esto es Bueno para mí. Entiendo que si lo hago me voy a sentir mucho mejor, pero no tengo energía ni una razón suficientemente poderosa para poder realizar lo que debería de hacer.
Hay dos momentos importantes cuando una persona tiene que hacer lo que debe de hacer y no tiene motivación para lograrlo:
1. Cuando uno tiene ganas.
2. Cuando uno no tiene ganas.
Generalmente cuando uno está buscando una razón suficientemente buena para iniciar un cambio en nuestro actuar, NUNCA llegará. Ya que no existe la palabra exacta que buscamos o esperamos. Tampoco llegará el momento indicado o la situación ideal que favorezca el cambio y el inicio de una nueva actitud.
En realidad, hay que actuar solo por el compromiso que se tiene uno mismo. Hay que dejar de esperar que las cosas sucedan por sí solas. Uno se tiene que ayudar. Es probable que la acción una vez que se hace pueda ser el motor para lograr el cambio deseado.
Cuando actúas cambias casi automáticamente tu forma de sentir y por consiguiente facilitas la forma de pensar y atrae al eventualmente vas a poder sentirte bien por lo que haces y vas a querer hacer mejor. El movimiento atrae al cambio.
Tienes que empezar en algún lugar y sería bueno que te ayudes a salir del círculo donde te encuentras.
Nuestros sentimientos están conectados a nuestras creencias y nuestras creencias se pueden cambiar una vez que cambias tu forma de ver la vida y de actuar. Cuando aceptas que tus sentimientos te están impidiendo cambiar y entiendes que si no cambias tu energía, tu sentir tampoco puede cambiar, entonces debes de actuar por actuar y BUM!!! de repente puedes sentir un poco de motivación para actuar y ayudarte a sentir mejor.
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