La gente tóxica reta a la capacidad emocional de cualquiera ya que sus técnicas de manipulación exceden toda bondad y el entendimiento de personas sanas y lógicas.
Becky Krinsky – Life Coach, autora, conferencista y fundadora de recetasparalavida.com
Es complicado reconocer el impacto que otras personas tienen sobre los demás. Mientras algunas pueden estar conscientes de que su influencia puede ser perjudicial o tener efectos destructivos, otras pueden encontrar satisfacción en generar caos para sentirse poderosas y otras hieren y deshacen a los que les rodean sin darse cuenta, o al menos eso es lo que se dice.
Las personas tóxicas son peligrosas y el estrés que pueden causar en ciertas relaciones puede tener efectos irreparables. Independientemente de si este estrés se origina en la negatividad, la crueldad, la locura o simplemente en un mal momento, es importante evitar exponerse a la toxicidad de estas personas tanto como sea posible.
Una persona que sabe manipular (el arma preferida de las personas tóxicas) puede y sabe cómo destruir la autoestima de las personas que conoce al punto que puede hacer que uno dude hasta de su salud mental.
Una persona tóxica puede manipular y mentir tan bien cualquier situación que puede fácilmente hacer sentir a la otra persona, responsable, culpable y hasta insistir que los eventos en juego nunca sucedieron.
Cómo distinguir a una persona TÓXICA:
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Son personas que absorben la energía a donde llegan.
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Son expertos en hacer sentir culpables a los demás, sin asumir responsabilidad de sus propias acciones.
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Lo que dicen no se corresponde con lo que hacen; expresan deseo de cercanía para después, ignorar o hacer sentir incómodos a la persona.
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Son impulsivos y descuidados con los pequeños detalles que son importantes para los demás.
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Aunque asumen roles de ayuda, voluntariado y generosidad, luego se presentan como mártires porque creen que son los que más dan y nadie lo reconoce.
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Son protagonistas en todas las ocasiones.
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Conocen las debilidades de las personas que quieren y saben cómo utilizarlas para lastimarlas.
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Son personas complicadas y difíciles cuando no te quieren cerca son capaces de cualquier cosa. Son un peligro emocional.
Es crucial reconocer que con una persona tóxica, irracional y manipuladora no se puede negociar eficazmente. Si a ella no le interesa encontrar una solución mutuamente beneficiosa, no se puede llegar a un acuerdo satisfactorio. Este tipo de personas necesitan sentir que tienen el control y que saben más que los demás, lo que les lleva a disponer de las personas a su alrededor de manera desproporcionada. Dado que su comportamiento va en contra de la lógica, es difícil llegar a un entendimiento sano sin pasar antes por una batalla emocionalmente agotadora.
Para evitar enfrentamientos infructuosos, es recomendable recordar que las personas tóxicas son predecibles y reconocibles. Por lo tanto, uno tiene el poder de decidir si desea permitir que lo maltraten o si prefiere buscar una alternativa para resolver sus problemas.
La receta
Manejando a los tóxicos
Ingredientes:
- Amor propio – reconocer que ante todo uno se tiene que cuidar, querer y buscar su paz.
- Límites – distanciarse en cuanto los arrebatos y las manipulaciones surjan.
- Control – contener las emociones personales y cuidar de no desbordarse.
- Valor- fortaleza para no reaccionar por la negatividad de las emociones irracionales.
- Compasión – aprender a soltar el rencor y los resentimientos para cuidar el bienestar personal.
Afirmación personal para no dejarse manipular.
Tengo la firme convicción de proteger mi bienestar y de no permitir que otras personas me manipulen o intenten hacerme sentir mal. Reconozco que no es necesario librar una batalla que sé de antemano que está perdida. Mantengo compasión por aquellos que buscan manipular y controlar situaciones, reconociendo que probablemente están lidiando con sus propios problemas. No tengo por qué permitir que me lastimen o que me hagan responsable de cosas que no me corresponden. Me otorgo el poder de decidir cuándo y con quién interactuar, así como cuándo es mejor alejarme y buscar soluciones alternativas. Estoy capacitado para perdonar y soltar el malestar que las personas tóxicas puedan causarme, aunque siempre mantengo presente la necesidad de protegerme en el futuro. Cultivo mi amor propio y poseo la fortaleza necesaria para no permitir que personas tóxicas me dañen.
Cómo neutralizar a la gente tóxica:
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Retomar el control propio frente a personas que tienden a exigir lo que no les corresponde es fundamental. Es importante recordar que cada individuo tiene el poder de decidir sus acciones y cómo se comporta, y nadie tiene derecho a lastimar, manipular o insistir en que uno sea responsable de las acciones de los demás.
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Es prioritario centrarse en cómo solucionar una situación en lugar de intentar comprender el problema que se presenta. Al buscar soluciones concretas, el comportamiento de las personas tóxicas se percibe como un ruido que no aporta nada positivo a la situación en cuestión.
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Es esencial reconocer que el bienestar tiene un precio que se debe estar dispuesto a pagar. Aunque algunas personas tóxicas puedan ser entretenidas o muy queridas, es crucial ser consciente de que la paz emocional y la salud mental valen más que cualquier desprecio o manipulación.
“El poder de los tóxicos se desvanece cuando no permitimos su control.”*Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2024 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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