Me hice un procedimiento para verme mejor y dejar de sentir que la vida me había acabado. Los médicos no me prepararon para poder aceptar mi nueva imagen. Me cambio tanto mi cara que ya no me reconozco y ahora estoy enojada y decepcionada por haberme dejado convencer ahora no sé qué hacer.
Becky Responde
El paso de la vida deja huellas, pero lo hace sutil y lentamente, así sin pensar con el pasar de los años el pelo se tiñe de blanco. La cara se marca, surgen arrugas aquí y allá y el cuerpo deja de verse radiante y perfecto. Todo esto hace un testimonio que marca los años que han pasado.
Un procedimiento o una cirugía plástica puede revertir muchas de estas huellas y en poco tiempo. Uno puede corregir o limpiar las marcas que la vida ha dado y en pocos meses se puede ver uno más joven, menos gorda, más atractiva que antes.
Pero… todos estos cambios tienen sus propios sacrificios y sus retos. Acostumbrarse al cambio físico radical no es fácil, esto implica que los cambios radicales e intrusivos son tan rápidos que hay que volver a reconstruir la memoria para poder aceptar la nueva visión.
Si lo que tu deseabas era un cambio y el cambio es más fuerte o radical de lo que esperabas, no te desesperes, recuerda que todo lleva su tiempo y pronto podrás integrar tu nueva imagen y vas a integrar tu recuerdo a tu nueva realidad.
Ten paciencia y recuerda que esto es lo que habías querido. Date tiempo y recuerda que todos los cambios tienen sus retos y tarde o temprano te vas a adaptar.
Seguro que te miras muy bien. No te exijas más de lo que no puedes. Se generosa con tu imagen.
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