Me considero un buen padre, he estado al pendiente de mis hijos. Siempre les di todo lo que necesitaban cuando eran pequeños. Ahora que han crecido son jóvenes que no tienen grandes preocupaciones o responsabilidades. Últimamente me siento muy molesto porque siento que son personas mal agradecidas que no mueven un dedo por ellos solos. Cuando se pasan solo dicen perdón sé que te decepcione… pero igual no cambian. Nunca les he pedido nada por lo que les doy, pero de repente no estaría mal que tuvieran una atención. Algo mínimo como, aunque sea una llamada Telefónica pero que no fuera para pedirme algo.

Becky responde

Desafortunadamente la gratitud se enseña en la casa y este aprendizaje no se da en forma espontánea. Hay que enseñarles a los hijos a ser agradecidos y a reconocer el esfuerzo y las atenciones que reciben. Muchas veces como padres uno cree que no es necesario explicar y exigir que los niños digan gracias y sean personas agradecidas. Pero esto es quizá una de las enseñanzas más importantes que se les pueda dar a los hijos.

Si nunca les enseñaste o les pediste que te agradezcan y que valoren lo que les diste ya que pensabas que era una linda expresión de amor, ahora que son adultos jóvenes es un poco difícil que reconozcan que lo que tienen es por tu amor y por suerte de tener un padre generoso.

La buena noticia es que no es tarde para compartir dicha enseñanza. Lo primero que te recomiendo hacer es platicar con ellos y explicarles cómo te sientes. Sabes cómo padre también se vale compartir tus sentimientos siempre y cuando no los expongas en forma de reproche, crítica o condena.

No tengas miedo de hablar con ellos. Sé sincero y expresa tu dolor o tu frustración. Tus hijos deben de ser lindas personas ya que siempre tuvieron un padre presente y generoso por lo que estarán muy susceptibles a escucharte y tratarán de entenderte.

El trabajo de padre no termina nunca, siempre hay algo que se puede enseñar y algo que tus hijos puedan aprender. No importa su edad.

Recuerda que si los educas a que sean buenos hijos serán buenos padres y a su vez serán mejores personas.