Reconoce que tu no eres solo tus errores. Tampoco eres una persona perfecta, pero sinceramente, tampoco eres solamente los errores que haces.
Hablar de errores, es un tema complicado e incómodo ya que muchas personas sienten que ellos son la suma de sus errores y sus desaciertos. Rápidamente se les olvida que así como han errado también han hecho muchas cosas buenas y acertadas.
Tocar el tema de las fallas, las equivocaciones o las frustraciones es hablar de una zona oscura, incómoda que pocos tienen el valor de enfrentar…
Es, de alguna manera, acariciar cuerdas íntimas y sensibles como el sentir vergüenza, culpa, y humillación, sentimientos incómodos que lastiman.
El gran error de los errores.
Uno cree que los errores son acciones que se hicieron en el pasado y que aclararlos o aceptarlos permite hacer paz con las memorias del pasado. Sin embargo, necesitamos aprender de los errores para vivir un mejor futuro y los errores están más enfocados al futuro que a la nostalgia del pasado que no se puede cambiar.
Quedarse atorado en el pasado y recordar con dolor los errores perpetúan el malestar y nutre el sentimiento de incompetencia y de decepción personal.
A nadie le gusta hablar de sus errores. Que lástima… porque estos, lejos de condenar y criticar, son maestros generosos que buscan la excelencia personal.
Entre menos se habla de los errores, menos se les tolera y por lo tanto menos se puede aprender de ellos.
Al cometer un error uno cree que el error lo define. Por lo que siente que se le critica, devalúa y condena sin darle oportunidad de integrar el lado de luz y las acciones que no son tan positivas.
Al hablar de los errores es necesario hablar de la capacidad que se tiene para poder perdonarse a uno mismo.
Cuando uno puede reconocer que los errores son acciones que se pueden corregir o mejorar entonces se puede hace paz aceptar que son acciones que se quedan en la superficie de la persona, no quedan impregnados en el alma ni en el carácter de la misma.
Las equivocaciones hacen que uno se maltrate creyendo que es tonto, un malo o que siempre se equivoca, asumiendo que no se hace nada bien. Así, los sentimientos de culpa emergen y causan frustración, dolor e impiden volver a intentarlo y lo peor hacen imposible que uno se pueda perdonar y se tenga compasión.
Los errores son buenos maestros, ofrecen lecciones que cuando se aprenden difícilmente se llegan a olvidar.
Hay que poder transformar el error en la fortaleza que motive a cambiar y mejorar porque cuando se logra soltar el malestar y el dolor que el error causó uno se libera y descubre la persona que lleva dentro.
Si hiciste un error, acéptalo, aprende su lección y suéltalo. Haz lo necesario para vivir en paz y ser mejor.
LA RECETA
Aprendiendo de los errores
Ingredientes:
- Valor – fortaleza para asumir las consecuencias y transformar las equivocaciones.
- Dignidad – Amor propio, reconocer que uno es más que la suma de sus errores.
- Determinación – actuar con convicción y con la confianza de que uno puede mejorar.
- Perspectiva – visión panorámica integrando las equivocaciones con los aciertos.
- Perdón – tener compasión y clemencia, no juzgarse y criticarse tanto aprenderse a amar.
Afirmación persona para aprender de los errores.
Tengo el valor para reconocer cuando me equivoco, sin tener la necesidad de maltratar, condenarme o criticarme. Acepto las consecuencias de mis acciones y busco la forma de arreglar o cambiar lo que hice que no funcionó o que me equivoque. Equivocarse es de humanos. Aprender de los errores es de valientes. Yo soy más que los errores que hago.
Cómo se puede aprender de los errores:
Si haces un error no lo esconda, aprende la lección: Enfréntalo. Reconoce donde estuvo la falla, habla con la gente que te pueda ayudar, escríbelo y dale seguimiento Acepta tu responsabilidad y se proactivo, no te avergüences, aprende y supéralo.
No temas a equivocarte, acepta el riesgo y atrévete a probar si estás en lo correcto. Las equivocaciones son parte del crecimiento y una parte vital de la vida. Para triunfar vale la pena intentar, equivocarse y correr el riesgo y así lograr lo que se desea.
Los errores enseñan y fortalecen el carácter. Cuando uno se equivoca reconoce su equivocación, aprende la lección y busca otra forma para conseguir lo que se busca.
No soy mis errores, no temo equivocarme, me libero de la culpa y mi malestar, aprendo, mejoró y buscó nuevas formas para volver a intentar. *Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2022 Recetas para la vida© Todos los Derechos Reservados
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