La sinceridad no tiene que ser dolorosa ni conflictiva, al contrario debe de ser cautelosa, compasiva y sanadora.
La sinceridad es una virtud que se debe acompañar con prudencia y compasión. Hablar con la verdad debe de ser un compromiso personal. Una acción que no debe de interferir con la vida ni con la integridad de cada uno.
Ser sincero no significa ser cruel ni tampoco significa que uno tiene licencia para herir o menospreciar a las personas solo por que uno “ habla con la verdad.” Tampoco quiere decir que porque uno es sincero tiene que decir todo lo que siente. Muchas veces es importante saber escuchar, entender y analizar lo que pasa con los demás antes de seguir la conversación.
Ser una persona sincera no le quita la responsabilidad para tener prudencia y tratar a los otros con respeto, compasión, y pensar en cómo a uno le gustaría ser tratado en circunstancias parecidas.
La sinceridad es un indicador personal del carácter y los valores personales. No tiene que ver con los demás, uno puede hablar y expresar sus opiniones sin tener que humillar o maltratar.
Cuando una persona es sincera vive en paz y armonía consigo misma, porque está en contacto con sus emociones y respeta su forma de sentir. Convirtiéndose en un valor fundamental para el cuidado de la salud emocional y espiritual.
Si una persona utiliza el ser honesto para herir, en realidad no está siendo sincero si no está abusando de su información y su influencia. La sinceridad debe de ser una herramienta para construir puentes emocionales y conectarse con el mundo. Utilizarla como un arma para dividir o herir es una pérdida que impide llegar a un entendimiento necesario para tener mejores posibilidades y posibles soluciones.
Por más que para muchos hablar con sinceridad sin lastimar o tener miedo de iniciar un conflicto sea un reto, es importante recordar que el reto no radica en no lastimar porque se dijo, sino en aprender a comunicar lo que uno siente con respeto, prudencia y con la confianza de que se está viendo por el bien de todos sin señalar, culpar o lastimar con el pretexto que se dice la verdad.
Como ser sincero sin crear conflictos:
- PRUDENCIA – reconocer cuándo es el momento y el lugar adecuado para iniciar una conversación.
- CONSIDERACIÓN – utilizar lenguaje suave, respetuoso y un tono amigable.
- INTEGRIDAD – hablar con la verdad sin exponer los valores personales.
- CONVERSACIONES FLUIDAS – no se trata de iniciar una confrontación, juzgar o criticar. Se trata de darse a entender para crear un puente de comunicación.
- SERENIDAD – hablar con intención de comunicarse no con la necesidad de desahogarse o con determinación a corregir o imponerse.
- OFRECER SOLUCIONES – buscar alternativas y proponer otras formas de trabajar en conjunto.
- ATENCIÓN DIRIGIDA – escuchar atentamente sin interrupciones con el fin de que cada uno pueda hablar y se pueda expresar.
Si es posible expresar lo que se siente sin causar conflicto. La cuestión es que uno tiene que estar consciente, tener cuidado y reconocer que parte de decir lo que uno siente es aprender a escuchar lo que el otro tiene que decir. Todos los puntos son válidos, necesarios y útiles si uno aprende a escuchar sin querer tener la razón.
La sinceridad da congruencia y ayuda a que la conciencia esté tranquila. “… es un estado de transparencia y claridad interior que nos permite ver el mundo y a nosotros mismos con precisión.” A.Tatz
La receta
Sinceridad
Ingredientes:
- Prudencia – encontrar el momento y el lugar adecuado para hablar y ser escuchado.
- Integridad – hablar con honestidad sin poner en juego los valores personales.
- Sensibilidad – escuchar y entender a la persona y sus puntos de vista antes de opinar.
- Transparencia – ser claro y directo en la comunicación, no dejar nada sobreentendido.
- Objetividad – acercarse lo más posible a la realidad sin interpretaciones y mal entendimientos.
Afirmación positiva para poder hablar con sinceridad.
Valoro mi integridad y la verdad. No me expongo ni utilizo lo que conozco como influencia personal. Trato a las personas y a la verdad con delicadeza y soy prudente cuando hablo. Hablo con la verdad pero no utilizo mis palabras para lastimar, exponer o menospreciar a las personas con las que platico. Reconozco que ser sincero es un compromiso personal y una forma de vivir. Elijo ser sincero en todo momento y ante cualquier situación.
Como ser sincero sin lastimar
- Hablar con la verdad no da derecho a herir o a humillar. La sinceridad es una parte de la verdad, el cómo transmitirla y poder explicarla sin lastimar es igualmente valioso y necesario.La forma en que dices las cosas es tan importante como lo que dices.
- Ser sincero implica ser auténtico y honesto en la comunicación. El respeto a los demás y la coherencia con los principios y valores propios conforman la esencia de lo que se requiere para ser verdaderamente sincero.
- La sinceridad es una forma de ser que tiene que ver con la actitud de vida que cada persona decida a tener. La sinceridad permite conectar la esencia interior con la realidad exterior e invita a vivir de una manera auténtica y significativa.
La sinceridad que crea dolor y conflicto no es sinceridad es un ataque disfrazado de verdad parcial
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